El presidente del La Salle, Miquel Àngel Ramón, se mostró ayer apenado por los incidentes ocurridos y pidió disculpas al estamento arbitral y a la federación. "Al tener conocimiento de los hechos pedí a todas las partes que estaban presentes un informe de lo sucedido. Al cabo de unas horas la junta decidió expulsar al jugador por la actitud antideportiva de su padre", indicó Ramón, que añadió: "Hemos de tener tolerancia cero con la violencia. Me duele haber tomado esta decisión pero este tipo de acciones no son propias de ningún club, y menos el nuestro". Un Ramón que señaló que el partido discurrió sin problemas y que enseguida que conoció los hechos se puso a la disposición del colegiado agredido para ayudarle".