­Un cabezazo de Isma a diez minutos del final decantó para el Atlético Baleares el derbi balear de la Segunda B ante el Constancia. El duelo, presenciado por más de mil espectadores y en el que no se registraron incidentes, no pasará a la historia por su juego ni por su vistosidad ya que ambos equipos se mostraron muy temerosos a lo largo de todo el partido y solamente algunos fogonazos de los locales y de Florin por los visitantes evitaron el tedio total.

Hasta la media hora no se pudo ver la primera ocasión entre los tres palos cuando al saque de un libre directo, ejecutado por Alberto, el balón fue a los pies de Rubén Carreras, el mejor de su equipo, que lanzó un fuerte trallazo. Xavi Ginard, que volvió ayer a la titularidad, apareció providencialmente enviando el balón a córner. Hasta el final de esta primera parte el Constancia dominó completamente a un agazapado Atlético Baleares que se defendió como pudo y en el que únicamente Florin y Alomar creaban peligro.

No cambiaron las tornas en la segunda parte, dominio local y mucho centrocampismo. Lo intentó una y otra vez el Constancia poniendo cerco a la meta blanquiazul. En el minuto 57 fue Nico Rubio el que se plantó ante Ginard pero su chut se estrelló en el cuerpo del portero.

Cuando todos presagiaban el reparto de puntos, a falta de cuatro minutos para el final del tiempo reglamentario un extraordinario centro de Xisco Hernández es peinado suavemente por Isma haciendo que el balón, mansamente, llegue hasta el fondo del marco. Delirio en los blanquiazules -ayer de amarillo-.

Antes de acabar el duelo el meta local Gaspar fue expulsado por proferir insultos. Aún así, el Constancia apabulló en los últimos minutos a su rival, aunque sin suerte.