El Constancia puso fin a su buena racha y dio un paso atrás en su lucha por evitar el descenso a Tercera ante un Espanyol B que dio un paso definitivo hacia la permanencia. Fue un encuentro igualado, con escasas ocasiones, aunque la iniciativa fue siempre del filial blanquiazul, que supo definir mejor y aprovechar una de sus pocas opciones de gol.

El Constancia, que pese a perder sigue en promoción, saltó al terreno de juego con ambición, espoleado por sus últimos resultados. Los inquers estuvieron mejor posicionados y dificultaron el juego ofensivo blanquiazul, que apenas inquetó a Gaspar.

Sin embargo, a medida que fueron transcurriendo los minutos el filial fue asentándose y empezó a controlar el partido ante un rival que pareció renunciar al ataque y apostó por el contragolpe.

Fue una primera parte sin ocasiones e igualada, con excesivas precauciones defensivas y mucho centrocampismo.

Tras el paso por los vestuarios de la Ciutat Esportiva Dani Jarque, el enfrentamiento ganó en intensidad y lucha, aunque los dos equipos siguieron sin generar opciones claras de gol.

El encuentro cambió por completo, al menos en el luminoso, a los 68 minutos, cuando un centro desde la derecha permitió a Antonio Pino abrir el marcador para el Espanyol B. Un auténtico jarro de agua fría para los visitantes, que hasta entonces tenían más que controlado el partido.

La situación se le complicó aún más al Constancia cuando en el minuto 73 se quedó con un jugador menos por la expulsión, innecesaria, de Jordi Canals, quien había entrado al terreno dos minutos antes de ver la roja directa en sustitución de Mateu Ferrer. Con uno menos, el equipo de Joan Esteva ya no tuvo recursos suficientes para hacer daño al once local.

Así fueron transcurriendo los últimos minutos del partido, con un Espanyol B jugando a placer ante la inoperancia de su rival. Intensificó el trabajo defensivo para no tener un disgusto y mantuvo a raya a los jugadores mallorquines, que lo intentaron pero que nunca tuvieron la opción de poder sorprender a Germán.