Misión cumplida. El Platja de Palma consiguió el ascenso a la LEB Plata. El equipo mallorquín defendía anoche la renta de seis puntos (78-84) obtenida la semana pasada en la pista del Meridiano Santa Cruz con el objetivo de subir, por segunda temporada consecutiva, de categoría.

Ni la presión añadida de ser doble favorito –por la victoria en Tenerife y por defender el título de su grupo en la EBA- hicieron mella en el equipo que dirige Matías Cerdà. Los mallorquines, arropados además por una fiel afición que le dio un gran ambiente al pabellón Toni Servera, tiraron de oficio de estilo para poner las cosas claras en el primer cuarto, cerrando el primer acto con un 20-17 que era en el que marcador que no explicaba precisamente las sensaciones que se vivían en la pista.

En el segundo cuarto, el Platja de Palma siguió su camino. Con su ya clásico baloncesto, los de Cerdà se mantuvieron al frente del marcador, sin dejar que los canarios se hicieran con el mando del encuentro. Al descanso, el 44-36 daba tranquilidad al equipo y mucho optimismo en una grada ávida de celebrar un nuevo ascenso.

Las cosas parecieron igualarse en el tercer periodo. Reaccionaron los visitantes, que con un parcial global en este cuarto de 21-25 consiguieron acercarse en el luminoso y dar cierta emoción al resto del encuentro.

Pero fue un espejismo. Los pupilos de Matías Cerdà no estaban por la labor de dar facilidades y apretaron de nuevo para dejar sentenciada la eliminatoria y certificar el ascenso bastante antes de que tuviera que sonar la bocina del fin del partido. Ni siquiera la buena actuación de Silvestre, el mejor anotador del encuentro con 26 puntos, puso en problemas a un Platja de Palma que tuvo a cuatro hombres por encima de la decena de puntos –Riera, Corbacho, Goyo Domínguez y Berto Alzamora–, pero sobre todo a un grupo ansioso por repetir el éxito que ya consiguió en la pista en junio de 2011 y que solo las dificultades económicas les impidieron saborear. Ahora, el ascenso se juega otra vez en los despachos.