­El Valencia cayó en Leverkusen frente al Bayer (2-1), tras un gran primer tiempo en el que tuvo todo para sentenciar el compromiso pero dejó con vida al equipo alemán, lo que al final terminó pagando caro. El Valencia abrió el marcador en el minuto 24 por intermedio del brasileño Jonas, que marcó desde corta distancia aprovechando un centro desde la izquierda de Roberto Soldado.

El partido era un monólogo del Valencia que, prácticamente desde el primer minuto, había puesto contra las cuerdas a un Leverkusen lleno de inseguridades.

El Valencia tenía la pelota y el campo, le cerraba la salida al Leverkusen con una presión agresiva y generaba constantemente situaciones de peligro.

Tras el gol de Jonas, el Valencia siguió apretando y el segundo estuvo muy cerca. El Leverkusen parecía un equipo muerto y no llegó a dar señales hasta el minuto 39. La súbita reacción del Leverkusen, que parecía haber salido de la nada, marcó la recta final de la primera parte en la que el partido se hizo más parejo.

Tras el descanso se vio que la actitud del equipo de las aspirinas era distinta. El Valencia había tenido la oportunidad de liquidar a un equipo que parecía tener una segunda vida, no lo había hecho y iba a empezar a sufrir. En poco más de tres minutos, el Leverkusen le dio la vuelta al partido. En el 52 llegó el empate, cuando Schürrle marcó dentro del área con un remate raso. Y en el 56 Sidney Sam puso en ventaja al equipo de las aspirinas, sacando partido de un gran pase de Ballack.

El Valencia, que hubiera podido sentar en el primer tiempo las bases de una goleada, ya no se recuperó de las dos bofetadas.