Hay un elemento que caracteriza a Joaquín Caparrós en los que equipos que ha entrenado: no hace amigos entre los futbolistas. El utrerano considera que los jugadores son piezas sobre un terreno de juego y su relación con ellos nunca va más allá de lo estrictamente necesario entre un entrenador y un jugador: él manda y ellos obedecen. Otro rasgo que le distingue de Laudrup, un hombre que tenía una relación casi paternal con sus pupilos.

Otra de las cosas que tiene claras el técnico utrerano es con quién contará. En el Athletic cada temporada hacía una criba y contó siempre con catorce futbolistas, marginando al resto.