La paz que se ha instalado, al menos de puertas para afuera, en el seno del Consejo de Administración del Mallorca puede tener fecha de caducidad. A partir del 13 de diciembre, día en el que se celebrará la esperada junta de acreedores, existe la posibilidad de que la fisonomía de la planta noble del club cambie sustancialmente. Y esto significa que la continuidad de Pedro Terrasa estará sobre la mesa de nuevo, sobre todo porque los administradores concursales, decisivos en la permanencia del director general, cesarán en sus funciones si se aprueba la fase del convenio.

?Pedro Mir, José Miguel Cregenzán y Sebastià Frau, que amenazaron con destituir a todo el Consejo si se prescindía del gestor, según el entorno de Serra Ferrer, son un fuerte apoyo para Terrasa, que salió como gran vencedor del encuentro. El máximo accionista y los consejeros Miquel Coca y Biel Cerdà no se atrevieron a llevarles la contraria, entre otras cosas porque también temían que les tumbaran su pretensión de contratar a Joaquín Caparrós. Esta cautela desaparecerá si no necesitan el beneplácito de los administradores para tomar decisiones.

?El presidente Jaume Cladera, el propio Serra y el consejero Utz Claasen intentaron enviar un mensaje de tranquilidad al mallorquinismo durante la rueda de prensa del lunes. "Terrasa ha expresado su lealtad al proyecto, que ha sido aceptado por el resto, mientras que Biel Cerdà y Miquel Coca le han pedido disculpas", dijo Cladera. Sin embargo, la realidad es bien distinta porque las discrepancias no han desaparecido, sino lo contrario.

?Sin ir más lejos, es cierto que Coca le pidió "perdón" a Terrasa, pero fue en un sentido diferente al que desde la entidad han querido transmitir. No fue por acusarle de "conspirar" contra Serra Ferrer para que el pobler acabara marchándose, tal y como expresó el viernes en DIARIO de MALLORCA, sino precisamente por haberle criticado en este periódico y no en privado. El matiz es importante y evidencia que el abogado se arrepiente en las formas aunque no en el fondo de su actuación. Y Terrasa lo sabe.

?El resultado es que no se ha solucionado nada, sino que el problema se ha aplazado hasta el 13 de diciembre. "Ahora las discrepancias se dirimirán dentro del Consejo", dijo Cladera, consciente de la dificultad que ello conlleva en un club como el Mallorca. No obstante, la evolución de las relaciones en estos dos meses que restan se antojan decisivas, sobre todo para el director general, que debe renovar la confianza de sus compañeros después de estar contra las cuerdas.

?Eso sí, Serra Ferrer ha sufrido un duro golpe con la marcha de Miquel Àngel Nadal del Consejo, que se lo comunicó pocos minutos antes de que se iniciara. El manacorí, que entró en la entidad por petición del pobler, no quiere ni oír hablar de los problemas internos y se limita a ser accionista. El vicepresidente resiste a pesar de las presiones que recibe de su familia para que lo deje, aunque quizá esta tregua calma a todos. Solo por ahora.