­La postura del Real Mallorca en el ´caso De Guzmán´ ha quedado clara: el mediapunta es intransferible. Pero la ambigua postura del futbolista hacen temer en el club que el Villarreal intente una nueva ofensiva para ficharle antes del 17 de agosto, cuando el conjunto amarillo jugará la previa de la Liga de Campeones frente al Odense de Dinamarca.

Para los responsables de la entidad balear se trata de un pequeño consuelo porque creen que no tratarán de llevarse al holandés cuando esté a punto de finalizar el mercado de verano, el 31 de agosto, lo que dejaría al club sin margen de maniobra para buscarle un recambio.

El club da por seguro que si el Villarreal no da un paso adelante antes del 17 significará que ha perdido interés por De Guzmán y el mediapunta bermellón jugará en el Mallorca la próxima temporada.

Para lo que pueda suceder, Serra Ferrer ya ha sondeado el mercado en busca de un recambio. Llamó a las puertas del Barcelona en busca de algún descarte, pero el club blaugrana solo ofreció cesiones y el máximo accionista piensa en tener a alguien en propiedad.

El Mallorca no negociará con el Villarreal el traspaso de De Guzmán, pero los dirigentes bermellones tienen claro que si los castellonenses o cualquier otro club pone ocho millones de euros sobre la mesa, el futbolista hará las maletas.

La cláusula oficial del mediapunta es de doce millones de euros, pero Serra Ferrer y el futbolista pactaron verbalmente rebajarla hasta los ocho millones para facilitarle su salida si era deseo del jugador.

De Guzmán dijo el pasado viernes que su continuidad en el Mallorca estaba "al cincuenta por ciento" y se definió como "un producto" para justificar su posible marcha al Villarreal, club que instigó en los despachos para que expulsaran al Mallorca de la Liga Europa y ocupar de este modo su plaza. "En el fútbol todo es posible", había dicho un día antes.