El Real Mallorca aspira hoy a rematar la faena que inició en Palma para meterse en los octavos de final de la Copa del Rey. El Sporting de Gijón, con el cuchillo entre los dientes, espera remontar el 3-1 de desventaja con la confianza que les da jugar en case, en El Molinón. Los rojillos viajan mentalizados de que les toca sufrir, pero conscientes de que un simple gol a su favor será práctivamente decisivo para pasar a la siguiente ronda.

La imagen de la cruel derrota del pasado domingo en La Romareda (3-2) no puede llegar a tierras asturianas. Debe quedar en un cajón, no queda otra. Los pupilos de Laudrup lo hicieron muy bien de forma consecutiva ante el Valencia, Sporting y Levante como para que les afecte el traspiés de Zaragoza, por muy duro que fuera.

El precedente liguero de esta misma temporada no invita al optimismo ya que aquel 2-0 serviría para apear a los isleños, pero este Mallorca es mejor que el que sucumbió en la segunda jornada. Los bermellones tendrán que saber jugar sus bazas ante un rival que no tiene nada que perder y que en la clasificación del torneo de la regularidad ocupa la decimotercera posición con diez puntos.

Laudrup deja en la isla a Aouate, Corrales, Ramis, Tuni, Sergi Enrich y Víctor, además del lesionado Castro. Eso sí, se lleva a De Guzmán, Webó o Nunes, futbolistas que en la ida se quedaron en la grada y que pueden gozar de protagonismo esta noche. Laudrup no se cansa de negar que haya un equipo para la Liga y otro para la Copa. El choque de este domingo en Son Moix ante el Deportivo de La Coruña está demasiado cerca, por lo que es una incógnita si el once que saldrá hoy estará condicionado por esta circunstancia. Lo que es seguro es que en el vestuario de Son Bibiloni hay mucha ilusión en esta competición. Para muchos de estos jugadores es su primera temporada en la elite, por lo que la Copa del Rey se antoja como otra oportunidad de demostrar que se merecen estar entre los mejores, como es el caso de Pereira, Kevin, Crespí o el mismo Nsue, que presumiblemente serán titulares ante los rojiblancos.

También llega el momento para Rubén o el mismo Cavenaghi, que ansían volver a recuperar la atención de los focos después de ver desde el banquillo el choque del domingo en Zaragoza. En la ida fueron los goleadores de una eliminatoria a la que le restan unos últimos apasionantes noventa minutos. Uno pasa y el otro a casa. "Es el fútbol en estado puro". Palabra de Michael Laudrup.