Edson y Joao Víctor llegan al rescate del Mallorca como la aplicación de un medicamento experimental cuando no surten efecto los remedios conocidos. Habrá que ver cuál es la función que les asigna Laudrup y en qué medida su presencia obliga a una redefinición del dibujo y los futbolistas que lo interpretan.

También es una incógnita el talante con el que Martín Lasarte, entrenador de la Real, afronta el lance. Los donostiarras llevan peligro en las botas de Tamudo, que le tiene la medida bien tomada a los locales, y de Joseba Llorente pero, sobre todo, disponen de dos bandas de lujo, Prieto y Griezmann, ante los que los laterales bermellones pueden pasarlo pero que muy mal.

Este partido tiene trampa, porque la Real Sociedad no es el clásico recién ascendido que necesita aclimatarse a la categoría. Purgó en Segunda los desmanes de José Luis Astiazarán, premiados con la presidencia de la Liga de Fútbol Profesional, pero nunca dejó de ser un equipo tradicional de Primera División.

Conocemos las armas del visitante pero, curiosamente, no hemos descubierto aún cuáles son las del anfitrión. Por eso no es que estemos ante un choque desigual, pero así nos lo parece antes del cruce de guantes.

Es una perogrullada insistir en la necesidad de que los locales tienen que sumar puntos antes de sus visitas a Barcelona y Valencia. Veremos si además de querer, también se puede.