En el triunfo de Rafel Nadal en el Abierto de Estados Unidos hay mucho de ese talento natural que tiene el mallorquín para jugar al tenis. Pero esa cualidad no habría sido suficiente para levantar el trofeo si el número uno del mundo no hubiera depurado su técnica para enfrentarse a una superficie que, como todas, tiene sus propias reglas.

"Nadal ha arrasado porque ha sabido adaptarse a esa pista. Es el jugador del circuito con mayor capacidad de adaptación y ha sabido hacer algunos cambios muy importantes antes de jugar el torneo. Este año ha podido afrontar esas variaciones porque ha tenido una temporada menos cargada y el hecho de llegar a Nueva York menos apurado que otros años le ha dejado tiempo para pensar y cambiar. Si estás agotado físicamente, lo último en lo que piensas es en hacer pruebas", explica Jofre Porta, entrenador de tenis que trabajó con el mallorquín entre los 11 y los 14 años y descubridor de Carlos Moyá.

Pocas veces le había sacado Nadal tanto provecho de su saque. En el cemento de Flushing Meadows alcanzó su récord de velocidad (217 kilómetros por hora) y llegó a la final con solo dos juegos perdidos. "Usó una empuñadura más abierta, como la que usaba Pete Sampras. Eso le ha permitido pegarle a la bola más fuerte y con menos efecto. No le hubiera valido en la arcilla de París, pero es justamente lo que exige la pista de Nueva York", analiza Porta.

Cambiar el servicio fue una decisión personal y espontanea que Nadal tomó apenas 48 horas de arrancar la competición. Asumió un riesgo, pero la apuesta no pudo salirle mejor. "Nadal no le solía sacar ventaja a su servicio. Esta vez lo ha hecho. El cambio de empuñadora le ha permitido un golpeo más plano y eso es básico para imprimirle velocidad porque en Nueva York la pelota es menos peluda y bota menos que en otras superficies", indica el técnico.

Depurado el servicio, había que meterle mano a un revés que en los últimos torneos le había dado problemas. "Estaba mal por falta de confianza, no por cuestiones tácticas", asevera Porta. "Tanto para golpear con la derecha como con el revés le ha ido bien abrir la empuñadora de la raqueta porque así la pelota le ha ido más rápido y ha encontrado antes los huecos. Pero insisto: todo eso es fruto de una prodigiosa adaptación a una pista que teóricamente no va con sus características. Un día el entrenador Pepe Higueras nos dijo a mí y a Carlos Moyá: ´El problema de los jugadores españoles es que juegan contra la pista, no con el contrario´. Pero Nadal ha conseguido superar eso", relata Porta.

Rafel Nadal siempre ha volcado sus preferencias en la tierra batida y es en torneos como Roland Garros donde empezó a forjar su leyenda: de los nueve Grand Slams que atesora, cinco los logró en la pista parisina. La hierba dejó de ser un enigma para un tenista que acumula dos trofeos de Wimbledon, pero las superficies duras siempre le han supuesto pruebas muy exigentes.

"Tácticamente, ha aprendido a desenvolverse como un jugador de pista rápida. Ya había ganado el Abierto de Australia, pero esa superficie es diferente de la de Flusing Meadows. Es una pista más abrasiva y la pelota coge más efecto y sube a mayor altura. En Estados Unidos el suelo amortigua más el bote", valora Jofre Porta.

El entrenador no cesa de elogiar la capacidad de Nadal para mimetizarse con cualquier superficie y se atreve con una comparación. "Federer no cambia tanto, pero no le hace falta porque tiene un talento inhumano. Lo de Rafel tiene más mérito porque se adapta perfectamente a las diferentes condiciones que le exija una superficie determinada. Y en eso es el mejor del mundo. Ahí están otros buenos tenistas como Andy Murray, que es incapaz de jugar bien en tierra por más que lo intente", explica Porta.

El entrenador no tiene dudas. "Es el jugador más perfecto que ha habido en la historia. El único problema que se le plantea es que a este paso se va a ir quedando sin objetivos porque los irá superando todos. Pero con la ambición que le caracteriza encontrará otras metas", elogia el técnico.

Esta vez las rodillas no le han dado problemas al número uno del mundo y como Porta indica, la repetición de más éxitos pasa porque no vuelvan a reproducirse lesiones anteriores: "Es básico que tenga bien las rodillas porque todo pasa por ahí. El tenis es un deporte de frenadas que cargan mucho los tendones de los rodillas. Y si no los tienes en buenas condiciones, te faltará confianza para jugar".

LOS CAMBIOS CLAVE

Una empuñadora abierta para potenciar el servicio– Nadal nunca había sacado demasiado partido de su servicio, pero en esta ocasión ha sido clave para ganar en Estados Unidos. Solo dos días antes de empezar la competición decidió utilizar una empuñadura más abierta que le permitió imprimir más velocidad a la bola en los servicios y darle menos efecto.

Juego rápido, puntos cortos y mejora del revés– El Flushing Meadows la pelota bota menos que en otras superficies duras como Australia. Nadal asumió esta particularidad y su juego adquirió velocidad, jugó puntos cortos, movió en varias direcciones y logró encontrar huecos donde poner la bola con mayor facilidad. Mejoró el golpe de revés, que le había dado problemas por falta de confianza.

Una prodigiosa capacidad de adaptación– Nadal ha desterrado sus complejos en pista rápida al asumir las exigencias que plantea Flushing Meadows. "Federer no cambia tanto porque tiene un talento inhumano. Por eso Nadal tiene más mérito. No hay nadie en el mundo con semejante capacidad de adaptación a las particularidades de cada pista", dice Porta.