Una de las claves para triunfar en la carrera deportiva es asumir el papel que le toca a una persona. No querer hacer más de lo que le corresponde y trabajar con esfuerzo y sacrificio. Este es el caso del mallorquín Joan Horrach, del equipo Katusha. El ciclista de Deià tiene clara su función de ´obrero´ del ciclismo. Inicia el sábado la que será su séptima Vuelta Ciclista a España y no descarta una victoria de etapa. Si el año que viene repite, igualará a Toni Karmany como mallorquín con más Vueltas disputadas, con ocho participaciones.

–¿Cómo afronta su séptima Vuelta a España?

–Con ganas de trabajar para el equipo, especialmente para los jefes de fila, que son Joaquim ´Purito´ Rodríguez y Carpets. Lo principal es tener arropados a los líderes.

–¿Se ha recuperado de su participación en el Giro de Italia?

–El Giro de este año ha sido muy duro, demasiado, el más duro de todos en los que he participado. Hubo muchas etapas de 200 kilómetros. Si nos pudieran estudiar, aún tendríamos secuelas, pero hace más de dos meses que lo disputamos y el equipo ya se ha recuperado. Sólo he corrido dos vueltas después del Giro. De todas formas, en una Grande, con 21 días de competición, siempre da tiempo a coger la forma o a perderla.

–¿Cómo llega físicamente a la cita?

–Para ayudar al equipo, que es mi función, estoy bien. Aunque llegues un poco corto de forma habrá tiempo para cogerla, hay que adaptarse. La primera semana vas un poco jodido pero, a medida que van pasando las etapas, se va cogiendo la forma. Además, en la Vuelta sólo hay dos de 200 y es más accesible. Es fin de temporada y no se pueden pasar, ya que hay gente que va a la Vuelta para cumplir con el equipo. Las etapas cortas la hacen más bonita.

–¿Cuál será su papel en la competición?

–Seré el escudero de ´Purito´ Rodríguez. Hago el trabajo que nadie ve. Hasta el manager del equipo lo ve poco. Hay que subir en las etapas de viento, recoger la bolsa de alimentos, llevar al equipo de la cola a la cabeza del grupo y ayudar a los líderes. A 20 Kilómetros de meta has hecho todo el trabajo y ya no puedes más.

–¿Puede repetir una victoria de etapa como en el Giro de 2006?

–Si estás en una fuga, siempre puedes jugar. Te puede tocar la lotería. Son 21 etapas, si descartamos las que se deciden al sprint, las contrarrelojes y las llegadas en alto, entonces ya sólo quedan seis etapas para las escapadas. Somos muchos en el pelotón y necesitas mucha suerte. Todo debe ser perfecto. Hay que tener físico y mentalidad. La única posibilidad de ganar una etapa es entrar en una fuga. Si se gana una etapa, cojonudo, pero es muy difícil.

–¿Qué tiene la Vuelta que no tengan el Giro o el Tour?

–Sólo que las etapas son cortas y los ciclistas lo agradecen mucho a final de temporada. La organización de la Vuelta quiere que la gente la vea desde la tele. No organizan el calendario para que los aficionados se acerquen a los puertos. Los ciclistas lo que quieren es ver a la gente en la carretera. En la Vuelta los puertos no están abarrotados. El año que viene parece que la competición volverá al País Vasco y ahí seguro que hay aficionados. Aunque llueva, nieve o estén lejos son incondicionales y acuden a los puertos a vernos.

–¿Quiénes son los favoritos?

–Frank Schleck y Menchov, aunque después de haber disputado una grande lo veo algo difícil. Frank Schleck después de la caída que le retiró del Tour tendrá una espina clavada y querrá resarcirse. Sastre también querrá estar bien ya que no ha hecho mucho este año. Y espero que nosotros con Joaquim Rodríguez podamos decir algo.

–Las etapas son más cortas que en el Tour. ¿Cuáles van a ser claves?

–La tercera etapa ya es un alto y la llegada es después de una montaña de primera. Ahí no se verá quién es el ganador pero sí quién la va a perder. Todos los equipos al principio se creen que están bien y arriesgan. Si pierden un minuto, irán a remolque. Y luego está la ´Bola del Mundo´ en Navacerrada, a tres días del final y que será definitiva. También será importante la contrarreloj de 42 kilómetros individual, que no le va bien a ´Purito´. Todo lo que pierda ahí tendrá que recuperarlo en la montaña.

–¿Y está contento con ese rol que tiene en el Katusha?

–Estoy encantado. Me han dado otro año de contrato, me llevan a las carreras que yo quiero y eso es un lujo. Me tratan como si fuera un ruso, como ellos. Estoy muy satisfecho. Si a mí me dicen al final de etapa "buen trabajo" yo ya estoy contento.

–Y con 36 años ¿Ve el final cerca?

–Sí, pero ya lo veía con 34 años. Miraré de hacer dos años más y con 38 me daré por satisfecho, aunque si luego me ofrecen otro año de contrato y me sigo divirtiendo seguiré. Lo principal es divertirte. Si sigo poniéndome nervioso antes de las carreras podré continuar. El día que no lo haga, dejaré de ir en bicicleta.

–Hace 34 años (Antoni Vallori en 1976), que un mallorquín no gana una etapa en la Vuelta. ¿Qué supondría romper esa sequía?

–No es una obsesión. Estaría bien por cortar la sequía tras tantos años, aunque si gano la etapa, la primera alegría no será por romper ese maleficio. La satisfacción será por ganar la etapa. Será un agradecimiento al equipo por lo que ha apostado por mí.

–El año que viene disputará alguna Grande?

–Correré Giro y Vuelta otra vez, aunque si me dan la opción de hacer sólo la Vuelta, no pasa nada, ya que esto llega a cansar. Si me dicen Giro y Vuelta, pues me voy. Todo el mundo acaba con 90 días, hagas las grandes o no. Tanto te da ir al Giro como competir en tres pequeñas, así que haré lo que me diga el equipo. Si puedo correr la octava Vuelta, lo haré, pero no correré más Tours. Con uno basta, no es para viejos como yo. Es más estresante por los medios de comunicación que por la carrera en sí. De la meta al bus del equipo tardaba más que en los 20 kilómetros finales de etapa.