El Mallorca desea su salida porque no entra en sus planes deportivos y, sobre todo, porque cobra unos 750.000 euros por temporada, una cantidad prohibitiva para un delantero sin peso en la plantilla. El futbolista se niega a firmar un documento que le ofrece el Mallorca para que se pueda ir a prueba al Stoke City y al Newcastle de la Premier. El club quiere guardarse las espaldas para que el pase se produzca en las condiciones que desea.