Iván González empuja a Keita que cae en el área. Munúa, en su salida, tropieza fortuitamente con el rojillo y Aduriz marca gol legal. Mejuto duda, consulta con el juez de línea y acierta plenamente: pita gol. El empate es justo y es legal. Los andaluces jugaron mejor con diez que el Mallorca con once. Pero los rojillos dispusieron de más ocasiones y, además, marraron un penalti. Los de Manzano juegan más cómodos sin balón y a la contra. La superioridad numérica les obligó a llevar la iniciativa y a eso no están acostumbrados. No administraron bien jugar contra diez y la ansiedad y los nervios hicieron el resto. En el día en que todos los astros parecieron conjurarse para que el Mallorca perdiera, logró salvar un punto. En el día en que lo más fácil era equivocarse, Mejuto acertó. En el día en que había que dar por bueno el punto Aduriz y Keita ofrecieron un espectáculo lamentable que no puede volver a repetirse jamás. En el día de ayer nada se perdió. Se ganó un punto que a la postre puede resultar definitivo.