El deporte balear ya tiene cabeza visible. Diego González Carrasco (Málaga, 1968), es desde hoy el máximo responsable del deporte balear tras ser elegido como delegado de la Presidencia para el Deporte tras una semana de debate interno en el PSOE. Se habían abierto tres frentes, con tres candidatos distintos, y finalmente ha salido vencedor la apuesta del conseller de Presidència, Albert Moragues, el hombre que ha asumido las funciones de la Conselleria d´Esports.

González será cesado hoy como director general de Consumo para ser nombrado inmediatamente delegado de la Presidencia para el Deporte, cargo que se denominaba anteriormente director general d´Esports. El acto se celebrará hoy viernes, a las 11:15 horas, en la sede de la Conselleria de Presidència.

Ocupará el cargo dejado vacante por Biel Gili, quien el pasado 5 de febrero cesó en sus funciones por orden expresa del presidente del Govern balear, Francesc Antich, junto a todos los cargos ejecutivos de UM, tras la detención de varios dirigentes de este partido en la Operación Voltor y considerar el Ejecutivo que se debía romper el pacto de gobierno con esta formación política.

Diego González, protésico dental de profesión y que en su juventud practicó el rugby, fue presidente de la Federación Balear de Rugby durante los daños del gobierno del Pacte de Progrès –en el que su federación puso en marcha un programa de formación en las escuelas avalado por la Direcció General d´Esports– y posteriormente con el PP al frente de la comunidad autónoma. De hecho, fue una de las voces más críticas mientras Pepote Ballester fue el máximo responsable del deporte balear, desde su cargo de director general y con Rosa Puig como consellera de este área. En cambio, no se le recuerdan críticas a la política ejecutiva de Mateu Cañellas al frente de la Conselleria d´Esports.

Quienes le conocen aseguran que Diego González es un conocedor del mundo del deporte, especialmente en lo que se refiere a la base, y que ante todo es un hombre de partido. En el PSOE se tienen fundadas esperanzas en que sepa gestionar con mano izquierda todas las dificultades que se le van a presentar en su nuevo cometido, tanto por las dificultades económicas que afectan al deporte en esta época de crisis como por la propia inestabilidad política que rodea al actual Govern, en el que incluso planea la duda de una posible moción de censura.