A pesar de no tener un día brillante, sobre todo en ataque, el Mallorca supo sufrir, mantuvo el tipo y tuvo la paciencia suficiente para acercarse a la porteria de César. Otra vez el fútbol tiene esas cosas. Si había un equipo ganador, por fútbol y por ocasiones, este fue el Valencia, pero su técnico posiblemente no estuvo a la altura de la calidad de la mayoría de sus jugadores y no supo interpretar-gestionar el marcador a su favor. Jugar en casa y a falta de quince minutos dar entrada a un defensa más para amarrar el 1-0 es síntoma de tener mucho miedo. El último cuarto de hora fue del Mallorca aunque sin crear excesivo peligro, pero viendo que el Valencia se echó varios metros atrás el grupo de Manzano fue a por el empate y lo consiguió de la manera más inesperada. En cualquier caso el equipo estuvo muy desafortunado en el toque y regaló demasiados balones. Muchas imprecisiones que hacen sospechar que algunos jugadores no andan finos, ni técnica ni físicamente. Habrá que seguir trabajando para pulir todos estos detalles.