Habrá que hacer una lista de los mallorquines de adopción, futbolistas que llegaron de las más diversas partes de España y del mundo y que, al colgar las botas, decidieron quedarse en la isla, bien porque echaron raíces en ella o simplemente porque encontraron aquí su refugio ideal. Han sido bastantes los que tomaron esa decisión a lo largo de los últimos cincuenta años. Uno de ellos fue Luis Alberto Díaz, más conocido como ´Chango´ Díaz, residente en Sa Pobla, en cuyo equipo acabó su carrera, y frecuente espectador de los partidos de Primera División en el Ono Estadi.

En realidad intentaron ficharle en el verano de 1971, pero los trámites burocráticos ocasionaron cantidad de trabas que lo hicieron inviable hasta la temporada siguiente. Y es que el jugador venía a Europa con la condición de oriundo, que se aplicaba a quienes habiendo nacido fuera de España, podían acreditar ascendentes españoles.

Todo un año de gestiones habían generado una inusual espectación ante la llegada de aquel ´crack´, en el cual directivos, técnicos y aficionados tenían depositadas grandes esperanzas para reforzar un equipo cuya meta era el ascenso a Primera División, como lo prueba el hecho de que don Pedro Mus, directivo que ejercía funciones de secretario técnico, convenció al presidente, el Barón de Vidal, de que había que aceptar la propuesta del entrenador, José Luis Saso, para incorporar a un preparador físico, un joven llamado Manuel Delgado Meco, sobradamente conocido años más tarde por sus servicios en el Athletic de Bilbao y en la selección española.

Bien, a lo que íbamos. ´Chango´ llegó a Palma el 30 de julio de 1972 y fue recibido en el aeropuerto por algunos directivos, fotógrafos y periodistas que, llenos de curiosidad, le preguntaron quiénes y de donde era sus parientes hispanos. Ni corto, ni perezoso, el argentino soltó:

– Mi abuelo era de Celta y mi abuela de Osasuna.

En fin, la aventura apenas duró dos temporadas porque el equipo no respondió, ni de mucho, a las expectativas y un año después, ya sin ´Chango´, descendió de Segunda División.

Otro compatriota del país de la Pampa fue Jorge Doval, que fichó en el verano de 1971. Era un extremo rápido y hábil, aunque algo irregular y, eso sí, muy admirado entre el género femenino. El brasileño Otto Bumbel, que había sustituido a Forneris y sería a su vez cesado para traer a Saso, entrenaba al equipo sin separarse ni por un instante de un perro pastor alemán que, al menos, no le acompañaba en los partidos.

Pero fue en la campaña 1973-74, con César en el banquillo, cuando la foto de una novia del jugador dio la vuelta a España. Se trataba de una chica sueca que fue al entrenamiento con Jorge y, aburrida, decidió tomar el sol en bikini tumbada sobre el cesped junto a la portería del gol sur del Lluís Sitjar.

Doval causó baja igual que ´Chango´, aunque regresaría efímeramente y ya en condiciones físicas muy diferentes en una etapa posterior. Unos ya nos dejaron, como Arqué, Amador, Doro, Currucale, Victoriero.... otros siguen aquí como unos mallorquines más: Mallo, Riado, Heredia, Oviedo, Bolao, Héctor Cúper, Miquel Soler, Engonga, Gallardo, Sahuquillo, Cano, Matamoros....y otros volverán, como prometieron Etoo o Leo Franco. Todos ellos y alguno más aterrizaron un día en Mallorca para siempre.