Para unos tendrá toda la razón, para otros exagera y para muchos busca el despido improcedente. Manzano ha vuelto a destapar la caja de los truenos y los hechos parecen estar de su parte al margen de las filias y fobias que su personalidad, como la de todos, genere.

Particularmente no creo que esté echando un pulso a la propiedad, pero es la segunda temporada consecutiva que le toman el pelo y ha estallado. Camuñas, como había solicitado, no está aquí, Borja tampoco y lo que le prometen, si es que existe el menor motivo para confiar en las promesas del consejero delegado, es un descarte del Almería. ¿Alguien en su sano juicio cree que hay madera para algo más que sufrir lo indecible para no bajar?

Puestos a analizar hipótesis, también es preciso contemplar la opción contraria y que sea Martí Asensio quien intenta deshacerse del entrenador sin tener que pagarle. Conviene recordar que del Mallorca no se ha ido nadie -ni jugadores, ni ejecutivos, ni empleados, ni técnicos, ni presidentes- sin cobrar. Bueno, uno: Héctor Cúper, que perdonó todo un año de contrato a la salud de Vicenç Grande.

Lo peor de este asunto, de consecuencias imprevisibles para el equipo, no es el debate sobre quién tiene que fichar en los clubes, sino la mentira erigida en símbolo de una forma preocupante de gestión.