El empresario Javier Martí Mingarro es el nuevo dueño del Mallorca. El culebrón del proceso de venta del club llegó a su fin ayer al mediodía. Sin luces ni taquígrafos. Con la más absoluta discreción. La notaría palmesana de Álvaro Delgado fue el escenario de una firma histórica para la institución. El madrileño desembolsó 4.250.000 euros a través de una sociedad para hacerse con el 93,24 por ciento de las acciones que poseía Mateu Alemany. "Es un gran día para el mallorquinismo y un gran día para esta entidad", pronunció orgulloso el hasta ayer propietario en una rueda de prensa convocada de urgencia en Son Moix.

No obstante, el gran protagonista estaba a su lado, aunque quisiera quedarse en un segundo plano en cuanto a sus manifestaciones públicas. Javier Martí Mingarro prefirió que fuera su hermano Luis, ex decano del Colegio de Abogados de Madrid, el que ejerciera como portavoz. "Para la familia es un momento muy emotivo, al asumir la responsabilidad de dar continuidad de esta historia de ilusión que es el Mallorca para los mallorquines. El grupo quiere ofrecer, además de compartir la ilusión de todos, su trayectoria de seriedad, solvencia y de formalización de sus objetivos, de tal manera que esta ilusión para el Mallorca se haga realidad", aseguró con un discurso pausado.

Hombre fuerte

Javier Martí Mingarro es un hombre de negocios que posee el Grupo Safín, una empresa de asesoría y de servicios que tiene un hombre fuerte. Su hijo Javier Martí Asensio, accionista y administrador de esta entidad, que desempeñará el cargo de apoderado del Mallorca, tal y como adelantó su tío Luis ante los periodistas.

El club, a pesar de la entrada de la nueva propiedad, no sufrirá cambios en cuanto a su dirección deportiva –Nando Pons– ni en el banquillo –Gregorio Manzano–. "El grupo entrante se ha hecho un planteamiento de dar continuidad a todo lo bueno que acumula esta casa. Quiere prestar su capacidad de gestión empresarial a un modelo deportivo que quiere ser modelo también en sus comportamientos", comentó convencido Luis Martí Mingarro.

Alemany, por su parte, no escondió su satisfacción por el acuerdo tras su decepción del 27 de julio con Carlos González. "Me dáis una tranquilidad tremenda porque dejo el club en las mejores manos posibles, que me han demostrado un nivel de seriedad sobre todas las cosas", dijo mirando a la cara a los hermanos Martí Mingarro. "Es una garantía para todo el mallorquinismo, que ha pasado unos meses muy difíciles y con mucha inestabilidad", concluyó el andritxol.