El estadounidense Michael Phelps volvió a lo más alto del podio 24 horas después de que el martes, en Roma, perdiera la final de los 200 metros libre ante el alemán Paul Biedermann, en una nueva jornada

marcada por la consecución de varios récords mundiales. Un hecho que empieza a ser habitual.

Ayer, el nadador de Baltimore se desquitó en la final de los 200 mariposa de la decepción sufrida el martes y ganó su primera medalla de oro individual en estos campeonatos, estableciendo además un nuevo récord del mundo con 1:51.51, rebajando el crono que él mismo instauró en los Juegos Olímpicos de Pekín.

El récord más destacado fue el del chino Li Zhang, oro en los 800 libre con 7:32.12, batiendo con suficiencia el del australiano Grant Hackett (7:38.65). En la final de los 50 braza, el surafricano Cameron van der Burgh hizo lo mismo estableciendo un mejor registro mundial con 26.67.

Por su parte, la italiana Federica Pellegrini volvió a poner boca abajo la Piscina Olímpica al batir el récord del mundo de los 200 libre. En las semifinales de los 50 espalda, la alemana Daniela Samulski y la rusa Anastasia Zueva batieron el récord del mundo. Primero lo hizo Samulski, con 27.39, y luego Zueva lo rebajó en una centésima.

Mala actuación española

Por lo que respecta a los españoles, hubo seis eliminaciones y un finalista (Rivera). Mercedes Peris cayó en las semifinales de los 50 espalda, Mireia Belmonte cayó en la primera prueba de los 200 mariposa, Alex Villaécija y José Alonso se despidieron en la calificación de los 100 libre, y los hermanos Cabello –Alan y Brenton– tampoco fueron semifinalistas en 200 estilos.