Phelps obtuvo su cuarta victoria individual y a la vez estableció una nueva marca mundial con un tiempo de 1:54.80, superando récord previo de 1:54.98 que estableció él mismo en los Campeonatos Mundiales de Natación disputados en Australia.

La gran figura de la natación estadounidense y mundial tiene como objetivo participar en ocho pruebas en Pekín 2008 para intentar batir la marca de su compatriota Mark Spitz, quien en los Juegos de Munich 1972 consiguió siete medallas de oro.

Spitz, que se encontraba en el Qwest Center de Omaha para ver a Phelps ir camino de su récord histórico, dijo que había llegado el momento de que alguien tomase esa responsabilidad y que su compatriota tiene muchas posibilidades de conseguirlo.

Lochte logró dos segundos lugares en una noche agotadora, tras perder por dos centésimas de segundo ante Aaron Peirsol en la prueba de 200 espalda.

El ganador de la prueba regresó aproximadamente 28 minutos después para perder ante Phelps en la combinada, que requiere la utilización de los cuatro estilos de natación.

Peirsol igualó la marca mundial de los 200 metros de espalda al imponerse a su eterno rival Ryan Lochte con un tiempo de 1:54.32.

Ambos competidores se mantuvieron parejos brazada tras brazada, pero Peirsol llegó al muro apenas un instante más rápido para igualar la marca que impuso Lochte en los mundiales de Australia.

Lochte llegó segundo, apenas dos centésimas de segundo detrás del ganador, con crono de 1:54.34 para asegurarse su presencia en los próximos Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

La nota emotiva y especial de la jornada la puso la nadadora Dara Torres, quien a sus 41 años de edad logró su sueño de clasificarse para sus quintos Juegos Olímpicos tras ganar la prueba de 100 metros libre.

Torres realizó una salida espléndida y defendió su ventaja en una furioso regreso para ganar la prueba con un crono de 54.78, animada desde las tribunas por su hija de dos años, Tessa. Natalie Coughlin fue segunda con 54.83 segundos.

Torres, quien debutó en los Juegos Olímpicos de 1984 en Los Ángeles, se había retirado en dos ocasiones de la natación competitiva y no participa en unos Juegos desde Sydney 2000, donde obtuvo un bronce.

La nueve veces medallista ya era la primera nadadora estadounidense que había estado en cuatro equipos olímpicos; ahora serán cinco.

"Es algo increíble el tener la oportunidad de estar de nuevo con el equipo olímpico, aunque será muy duro para mí porque durante más de un mes tendré que estar separada de mi hija", comentó entre lágrimas Torres. "Pero creo que merece la pena el sacrificio", añadió.