Roger Federer está pletórico. Su paso por el torneo de Wimbledon, donde aspira a su sexta victoria consecutiva y batir los cinco títulos del sueco Bjorn Borg, está resultando un paseo. Ayer jugó a un gran nivel ante el ruso Marat Safin, al que derrotó en tres sets. "Fue un partido perfecto para mí. Estoy muy contento de cómo me han salido las cosas y estoy muy confiado de cara a la final".

Estas palabras las pronunció antes de conocer que su rival en la final sería, por tercer año consecutivo, Rafel Nadal, que poco después se impondría al alemán Schuettler. Pero parecía darle igual. Y hasta mandó un aviso a su gran rival: "No puedo jugar mejor de lo que lo he hecho en este torneo de Wimbledon. También es verdad que no me he visto presionado para dar lo mejor de mí, pero estoy muy contento porque de momento todo está saliendo a la perfección para mí".

En el recuerdo de la final de mañana entre Federer y Nadal está el de su última gran final, en Roland Garros, donde el mallorquín endosó al número uno una paliza histórica por 6/1, 6/3, 6/0. El suizo cree que sería un error tomar como referencia aquel partido para analizar el de mañana: "No tiene nada que ver porque son superficies diferentes. El partido del domingo será otra historia, estoy convencido", señaló.

Por primera vez en mucho tiempo, y pese a sus cinco victorias consecutivas en Wimbledon y sus 65 victorias seguidas sobre hierba, Federer parece que no parte como favorito con la claridad de las anteriores ocasiones. Hasta ayer, Nadal ha jugado prácticamente a la perfección, y eso hace que la final se presuma muy igualada: "Veo que me sirve de poco haber ganado aquí los últimos cinco años. Es verdad que Nadal está haciendo una gran temporada, pero creo que merezco una mayor consideración por mi historial aquí". En la memoria del suizo, a la hora de pronunciar estas palabras, estaba sin duda el sueco Bjorn Borg, ganador en Wimbledon de 1976 a 1980 y que, tras la victoria de Nadal en Roland Garros dijo que el favorito para Wimbledon era el de Manacor. "Yo tengo que jugar igual que en mis dos últimas finales en Wimbledon. Estoy convencido de que si lo consigo voy a tener las máximas opciones para ganar".

Su partido ante Safin fue fácil, al menos por lo que indica el marcador: 6/3, 7/6, 6/4. En la rueda de prensa le preguntaron si le sorprendió el comportamiento del ruso al otro lado de la pista, como si el partido no fuera con él. "Está claro que Safin no es McEnroe", bromeó. "Es muy tranquilo, parece que juega desganado, pero no es así. El marcador puede parecer que el partido ha sido fácil, pero no es verdad. He tenido que trabajar duro para ganar a un gran jugador", concluyó.