Sol Picó cocina con Dancing with frogs una ágil y dinámica pieza interpretada por siete varones que exploran el mundo de los hombres para bucear en sus deseos y preocupaciones. Desde Barcelona, donde está afincada la compañía, viajarán a Palma los hombres rana de la bailarina. Será este domingo a las 19 horas en el Teatre Xesc Forteza.
P ¿Qué cuenta Dancing with frogs
R Este montaje viene después del trabajo que hice con We Women. Durante el proceso de creación de este espectáculo, que iba sobre las mujeres, me invadía la mente la idea de hacer lo mismo con los hombres. Me preguntaba: ¿Qué pasa con los hombres en el siglo XXI? ¿Qué lugar ocupan? Entonces empecé a buscar respuestas a esta pregunta y surgió este espectáculo. Después de investigar y hacer el montaje he llegado a la conclusión de que los hombres, o muchos de ellos, están cansados de la herencia heteropatriarcal y que ya no pueden más con ese peso. Cambiar las cosas va a costar mucho, porque incluso sin hacerlo a propósito siguen apareciendo estereotipos machistas.
P Usted controla el cuerpo femenino, su movimiento y posibilidades. ¿Cómo ha sido la aventura de plantear una coreografía con cuerpos masculinos?
R En el fondo, han sido los propios bailarines los que han sacado los movimientos a partir de mis ideas, la música y la voz. Ha sido un trabajo muy coral. Por otra parte, se trata de cuerpos también, por eso para mí no ha sido difícil. Además todos tenemos una parte femenina y otra masculina. En este sentido, lo masculino no me es del todo desconocido.
P ¿Cómo bailan los hombres cansados del heteropatriarcado?
R Para mí son hombres que están un poco perdidos. Y que buscan reformularse. Por eso están en permanente búsqueda y dando muchas vueltas. Son hombres que bailan con sutileza y que buscan con el cuerpo su parte femenina.
P Parte del espectáculo se nutrió de la residencia que hizo en EiMA, en Maria de la Salut
R Yo buscaba un lugar tranquilo y apartado del mundanal ruido para trabajar. Invitamos a algunos hombres de la localidad para recoger su testimonio sobre su infancia, la relación con su padre y con su propia masculinidad. Eran personas que siempre habían vivido en el pueblo y tenían una herencia determinada. Sus relatos reafirmaron algunas ideas que tenía. Fue un material que nos sirvió para continuar investigando.
P ¿Cómo se mantiene alejada de uno de los peligros que acechan a la danza contemporánea, que es crear una pieza tan experimental que sólo entiende usted?
R Procuro darle muchas vueltas a lo que hago para que se entienda y comunique. En este sentido, uso mucho a mis bailarines, con los que comparto las ideas y su puesta en escena.
P ¿Practicar con regularidad la colaboración con otros artistas es otra manera de contener el egocentrismo?
R Sí. Me gusta compartir voces en mis piezas. Aprendo mucho de los demás. Me gusta salir de mi propio ombligo y ver más allá.
P Con la edad, lo físico pierde en la danza. ¿Qué gana esta disciplina con los años?
R Conocimiento, paciencia y entender más a los demás. También tienes más claro lo que quieres. Lo cual no quita que estés dudando todo el tiempo. Yo pienso muchas veces que aún no he aprendido nada.
P Vamos ha cia una danza menos coreografiada y más emocional. En definitiva, se baila menos. ¿Eso le gusta?
R Depende de lo que me expliquen. Me gusta que se note que están bailando, pero también la gente que hace piezas conceptuales. Yo creo que por suerte ahora mismo hay compañías de los dos tipos. La cosa está repartida.
P ¿Desde qué plano prefiere trabajar: la reflexión o la denuncia?
R Me gusta usar varios tonos y puntos de vista en mi trabajo y en una misma obra. En We Women hay reivindicación, pero también un poco de poesía. Creo que es posible reivindicar desde muchos lugares, incluso desde el humor y la ironía, presentes en muchas de mis obras. Pero creo que lo más fundamental de mis piezas es la reflexión que pueden despertar.
P ¿La danza es mileurista?
R Sí. Es un tema que está bastante mal. Detrás hay una política del Gobierno muy concreta, una política cultural, de país y de pensamiento determinada. Es algo que habría que cambiar. Es un tema muy duro y cansino.
P ¿Los políticos están dispuestos a bailar cualquier cosa con tal de ganar las elecciones?
R Sí. La política está muy dañada. Sobre todo porque los intereses de los políticos no están en la política sino que van por otra parte.
P ¿Apoya la manifestación contra la condena a 'La Manada'?
R Por supuesto. A las mujeres se nos está mandando un mensaje muy claro y muy bestia. Es muy grave.
