P ¿Recuerdan su última actuación en la isla?
R No, pero sí sé que hemos tocado tres o cuatro veces, en Palma y en algún pueblo del interior que no recuerdo. En una ocasión estuvimos con Delorean, a quienes les perdieron las guitarras en el aeropuerto.
P ¿Se encuentran cómodos en un macrofestival como el Mallorca Live?
R Después de dos años sin tocar y plantearnos un poco las cosas, esta vuelta a los escenarios nos está brindando una buena acogida por parte del público. Tras dos años de parón le había cogido respeto a los escenarios y a los grandes festivales, donde sabes que todos los que están ahí no han venido a verte a ti. Enfrentarte a este tipo de conciertos siempre es emocionante.
P ¿El parón fue por cansancio?
R Sí, por cansancio y por muchas otras cosas. Este trabajo es duro y con los años, aún más, con lo cual te planteas muchas cosas. Para no tomar una decisión en caliente optamos por darnos un año de relax. Pasado ese tiempo surgió la ilusión de hacer otro disco y seguir hacia adelante, y ahí estamos, con nuevos temas y a ver qué sale.
P ¿Adelantarán algo de ese nuevo material en Calvià?
R Las canciones aún no tienen el nivel para presentarse en público.
P ¿Qué espera de sus canciones?
R Lo más difícil es intentar que me sorprendan a mí mismo. No somos una banda de tirar siempre por el mismo camino, cada disco nuevo no tiene nada que ver con el anterior. Experimentamos tanto con las canciones que es fácil perderse en el proceso, pero también ese proceso te permite llegar a lugares totalmente sorprendentes. Intentamos no repetirnos, que no siempre es fácil.
P Tras el parón, ¿les ha costado volver a engrasar la máquina?
R Nos sorprende cómo 20 años de carrera, con esa experiencia y ese saber, te carga el subconsciente y te permite estar bien engrasado. Yo no soy un animal de escenario, no disfruto mucho en el escenario, siempre me ha costado enfrentarme al público, soy bastante vergonzoso y eso es lo que más cuesta.
P ¿Qué actuación del Mallorca Live no se perderán?
R Coincidimos con Prodigy en el BBK Live y me desbordaron con tanta energía. A Primal Scream sí me gustaría verles.
P ¿Qué define la música de El Columpio Asesino?
R Somos un grupo que escapamos del género puro. Como consumidor de música yo prefiero escuchar mucha música pero tampoco profundizando en todas ellas, algo que creo se refleja en nuestro sonido. Hacemos una mezcla de las tendencias que hay ahora con nuestra manera de vivir la música y de relacionarnos con ella.
P ¿Cómo se sobrevive a dos décadas en el seno de un grupo sin acabar a puñetazos?
R Somos un equipo que hablamos mucho las cosas, nos respetamos mucho y cada uno entiende muy bien el papel que desempeña en el grupo. No hay luchas de egos ni rivalidades artísticas.
P Con ese nombre, El Columpio Asesino, ¿no temen que les persigan por apología de la violencia en parques infantiles?
R No me extrañaría nada que, tal y como está el patio, un día nos llegara la citación de algún tribunal. Yo alucino con lo que está pasando ahora mismo en este país, con lo de la final de la Copa del Rey, cuando requisaron camisetas amarillas; con los raperos; con la censura? Si me apetece decir algo lo diré como me apetezca, sin miedo a lo que pueda venir. Nuestras raíces están en el rock radical vasco, en La Polla Records y Eskorbuto, y ese poso de denuncia, aunque en nuestro caso no tan cruda, con un compromiso político más abstracto y no tan definido, siempre lo hemos tenido y lo tendremos, y cantaremos lo que nos apetezca.
