El periodista, y ahora escritor, Ricard Ustrell, está en Mallorca para presentar su primera novela, Sense tu, en la que un popular periodista de radio decide abandonar su carrera en su momento más álgido y su vida entre Barcelona y Sabadell para irse solo a París, una decisión que nadie entiende. Las páginas de Ustrell van desvelando el pasado y el presente del protagonista, que tiene que encajar una nueva y complicada situación personal. Sense tu reflexiona sobre la muerte, algo que Ustrell asegura llevar muy mal. Esta tarde, en la librería Rata Corner, el periodista y escritor estará acompañado de Cati Moyá para presentar su primer hijo literario, a las 19 horas.

¿Cómo ha sido esta primera inmersión en el mundo literario?

Ha sido muy divertido y un aprendizaje. No lo había hecho nunca, y por el camino he encontrado obstáculos que no esperaba. He entrado en un mundo que desconocía: el mundo editorial, el proceso de escritura... Yo siempre he escrito, desde muy pequeño. Pero todo esto es un reto y una aventura que me han dado la oportunidad de vivir y que he hecho con mucha ilusión. Estoy muy contento de cómo ha ido. Ahora cambiaría muchas cosas, hay cosas de que haría de manera diferente.

¿Pero se siente contento con el resultado?

Sí. He explicado lo que quería explicar.

Se estrena con una temática que quizás no es fácil: la muerte y la pérdida desde diferentes perspectivas.

Sí, bueno... Llevo muy mal el tema de la muerte. Siempre me ha hecho mucha rabia perder a gente que quiero, igual que mucha otra gente, imagino, y siempre he tenido mucha necesidad de hablar sobre ello. En la novela he intentado hablar de diferentes muertes. La muerte de un trabajo, de una relación de una ciudad, de uno mismo, de un familiar... Y reflexionar un poco sobre esto, qué pasa cuando acaban las cosas, qué nace, qué muere.

¿Crecer es acumular muertes?

Acumular ausencias, quizá. Al final la muerte es una cosa muy humana: sin vida no hay muerte y sin muerte no hay vida. Y esta acumulación de vacíos es lo que se crea con el paso del tiempo. Pero estos vacíos, en algunos momentos, llenan mucho. Y esta es la gracia, ¿no? Ver en qué momento aquello que duele se convierte en un recuerdo agradable, dulce. Es un poco el proceso del duelo que a veces no tenemos tiempo de hacer y que no hacemos bien, porque nadie nos ha enseñado a hacerlo. Quería reflexionar sobre esto.

Dice que lleva la muerte mal pero que tiene la necesidad de hablar sobre ella. Justamente, hay gente que lleva la muerte mal porque no habla sobre ella, que parece que es un poco lo que pasa entre el protagonista de la novela, Xavi, y su hermana María, entre los que parece existir un muro originado, quizá, por una muerte que comparten. ¿Hay que hablar de esos fantasmas?

Es probable que sea la muerte de la que hablas la que bloquea a los dos protagonistas. Sí, se tiene que hablar, lo que no siempre es fácil. Yo tuve la desgracia, siendo muy pequeño, de perder a un tío de una enfermedad horrorosa. Entonces mis primos siempre han estado mucho en mi casa. Yo era muy pequeño. No sé si diría que recuerdo aquello con dolor, pero sí con mucha rareza. Con el tiempo vas entendiendo los silencios, por qué nunca se ha afrontado esto directamente, y entiendes por qué se han roto muchas cosas por el camino€ Puede que algunas cosas no puedas recuperarlas nunca, pero si eres consciente de ello miras las cosas de otra manera. Yo creo que la consciencia llega cuando te afecta a ti, cuando la padeces, cuando la muerte te acorrala a ti de una manera muy directa. Cuando eres pequeño no eres muy consciente de la muerte. En cambio con los años vas dándote cuenta de lo que significa perder a alguien, o un trabajo, o una ciudad...

Hablando de ciudades... ¿Qué hay en París, donde viaja el protagonista cuando decide dejar toda su vida atrás?

En París hay la vida, el sueño, la idea de renacer. Yo siempre decía, y aun lo digo, que quería estudiar a La Sorbonne y quedarme a vivir allí. Es como una mirada al horizonte, esa nube que nunca puedes atrapar.

París es la ciudad donde parece que el protagonista reflexiona sobre su situación, pasar ese momento entre la vida y la muerte.

Sí, tiene ese punto de juicio final, momento en que tienes que ir hacia el cielo o el infierno, vivir o morir, es una nube, una confusión. También quería ilustrar ese contraste que existe en París. El protagonista, allí, va a buscar vida, color, pero se da cuenta de que no hay color porque él no lo tiene. Al final es eso de que según como mires el mundo, tiene o no tiene color. Muchas cosas dependen de uno mismo.

Preocupa un poco todo lo que dice porque el protagonista se le parece mucho. Empieza muy joven en el mundo de la radio, dirige un programa en la cadena líder del país... A ver si quien habla es Ricard Ustrell en lugar de Xavi Oristrell.

Podría compartir algunas reflexiones son el protagonista, pero es alguien bastante déspota e idiota. Es un personaje muy exagerado de mi. Parte de mi porque me fue más fácil escribir la novela explicando la ciudad de Sabadell, que conozco porque es de donde soy, y con el mundo de la radio lo mismo. Cuando empiezas a escribir el personaje tiene muchas cosas tuyas pero las va perdiendo y se van deformando hasta que llega a tener una identidad propia. Sí que cuando terminé la novela, lo que me pasó fue que tuve que desintoxicarme un poco, porque al escribir acabas creando unos monstruos dentro de ti que amas y que padeces, y miras el mundo como lo mirarían ellos. Y a veces conviene un poco de distancia.

En la narración hay fragmentos más metafóricos y poéticos, imágenes que conceden más poesía a la novela. ¿Era la intención?

Sí, literatura. He intentado hacer un poco de literatura. También forma parte del contraste que quería explicar: cosas muy bonitas en medio de cosas muy desagradables. Me gusta mucho una película que se llama Bestias del sur salvaje, que explica la historia de una gente que está en una situación desastrosa y horrorosa. Su tierra se está inundando y tienen que irse de allí, los echan, pero no quieren marchar porque eso es su casa. Es un película muy bella, con una imagen preciosa, pero lo que está explicando es muy duro. Y entonces es cuando encuentras belleza en la horror. Y horror en la belleza. Este contraste me gusta mucho.

¿Cómo se siente el periodista siendo entrevistado?

Mal. Porque nunca sabes si respondes lo que el otro espera, si las respuestas son demasiado largas o cortas, si estás diciendo alguna cosa interesante... Y me pongo más en la piel del otro que en la mía, entonces me cuesta un poco más.

Pienso que no lo lleva nada mal. Bueno, es un aprendizaje.