Después de doce años de silencio poético, Albert Herranz ha vuelto con un poemario, editado por Calumnia en pequeño formato pero que aguarda grandes preocupaciones, penas y críticas, en el que versifica hechos actuales como la gentrificación del barrio de Santa Catalina, la crisis de los refugiados, o temas atemporales que surgen cuando uno mira al pasado. "Temas oscuros". Así los describe el propio autor, que no tarda en matizar que en ellos "se puede distinguir alguna centella de esperanza". Esta esperanza la ha querido reflejar con el título, Temps de fermança, lo que para él significa regalar algo parecido a una promesa de esperanza.

Asegura que la poesía es "una cosa extraña". Antes de escribir el poema que le abrió las puertas a la poesía otra vez, Herranz comenta que no le salía escribir poemas: "No encontraba nada que me indujera a ello". Fue escribiendo una carta a un amigo suyo como surgió Lletres de NEÓ, un poema sobre la crisis de los refugiados. "Ese fue el primero que escribí en mucho tiempo. Lo escribí en una carta para un amigo y, de alguna manera, hizo que los demás fluyeran, abrió una puerta que hasta ese momento había estado cerrada".

El autor también dedica poemas a las gentrificación, concretamente a la del barrio palmesano de Santa Catalina, donde más años ha vivido. En uno de los poemas, El darrer cant dels dinosaures, ilustra esta gentrificación con la inminente llegada de un "meteoro" al barrio, mientras explica la vida en el barrio de un verano que nadie sabia que era el último.

Esta tendencia cosumbrista a describir su entorno le permite "analizar la actualidad desde un punto de vista intimista". A su vez, comenta que considera que sus poesías son localistas y sociales. "Lo local es lo que te toca, lo que te afecta directamente. Y de lo local quiero hacer una lectura universal e intentar entender el mundo desde lo que yo veo".

Su análisis del mundo no es demasiado positivo. Recuerda los años en que con sus amigos vivieron el final de la Guerra Fría como un inicio hacia un mundo mejor, sin fronteras. "Con lo que pasa ahora solo puedo preguntarme qué ha pasado, qué hemos hecho". Mientras no haya respuesta, quizá el refugio sea la poesía.