Fernão Mendes Pinto (1510-1583) fue un navegante portugués del siglo XVI que, a modo del Libro de las maravillas de Marco Polo, escribió un libro alejado de las habituales crónicas de viajes de la época. Su título, La Peregrinação ya es un volumen más próximo a lo que será tres siglos más tarde la literatura romántica de aventuras que a los escritos de sus contemporáneos, más descriptivos y testimoniales. Algunos críticos lusos han llegado a comparar esa Peregrinação con las epopeyas portuguesas, Os Lusiadas, salvando las distancias, por su audacia y estilo avanzados.

El navegante Mendes Pinto utiliza sus propias experiencias personales y las mezcla con las de otros aventureros occidentales, fundiéndolas en una sola voz, como si todo le ocurriera al mismo personaje.

Soldado, navegante, descubridor, mercader, médico, diplomático, espía, corsario, prisionero, esclavo, náufrago, incluso novicio de la Compañía de Jesús, Fernão Mendes Pinto tiene mucho que contar, y lo hace recopilando sus aventuras a lo largo de veintiún años viajando por territorios orientales, desde Etiopía hasta el mismo Japón.

Publicada póstumamente, La Peregrinação es una de las obras más importantes de la literatura de viajes portuguesa.

Acaba de ver la luz la traducción catalana de una selección de esos textos hecha por el escritor y poeta mallorquín Gabriel de la S. T. Sampol, quien además firma la traducción, que incluye un prólogo de Isabel Soler.

Esta edición, que publica Edicions de 1984, le valió al escritor, nacido en Palma en el año 1967, en el año 2015, el Premio de traducción Vidal Alcover, en su decimoquinta edición; galardón que, en años anteriores, han recibido Miquel Desclot, Núria Mirabet o Teresa Muñoz, entre otros.