El nuevo director del Museo de Mallorca, Bartomeu Salvà, tomará posesión de su cargo el próximo 5 de marzo y lo hará con el objetivo de convertir el centro en el "museu dels mallorquins". El arqueólogo y profesor llega con las ideas claras: quiere un museo vivo y activo. "El museo se tendría que convertir en un espacio para los ciudadanos donde poder disfrutar de un sábado por la mañana o un domingo en familia con actividades divertidas relacionadas con el arte y el pasado de nuestra isla, unas actividades que también se deben extender al mundo educativo", afirma. "Se tiene que llenar de gente, de niños, de padres, de docentes... No lo conseguiré en dos días pero hay que crear sistemas educativos y de vida en familia", añade. "En resumen planteamos abrir el museo a todo el mundo, haciendo que sea más atractivo y buscando una mayor familiaridad". Asimismo, señala que "es necesario replantear la forma de entender y difundir el gran patrimonio del centro", avanza. Para lograrlo, desgrana, "el único camino posible es establecer un diálogo con todos los sectores implicados con la institución museística que se debería convertir en un espacio dinamizador de la cultura, una plataforma para dar a conocer nuestra historia y cultura". También apuesta por incrementar la presencia en los medios y en las redes sociales.

Otro de los retos que se plantea es que la institución vuelva a ser un centro líder en la investigación. "Ya veremos si es viable, pero mi intención es que el museo lidere algún proyecto de investigación importante". En esta línea, asegura que la relación con las universidades será esencial. "La UIB será básica. Tiene un presupuesto de I+D y se puede dedicar una partida a investigaciones del museo, por ejemplo. Se deben hacer convenios con las universidades para que no todo recaiga sobre el museo. Pero necesito unos meses para ver qué puedo hacer", admite.

Apostará por revalorizar la figura de los arqueólogos "porque son los que nutren el museo. La nueva oleada de conocimientos que ha inundado el mundo científico debe llegar a la gente. Hay muchos equipos trabajando y se podría hacer una exposición de la Prehistoria, eso sí, si hay presupuesto". También remarca que la gestión de los fondos "debe ser más eficiente" ya que el museo tiene un papel fundamental en la conservación de los materiales procedentes de las excavaciones. Preguntado sobre qué puede aportar un arqueólogo como gestor, reconoce que conoce de manera profunda las problemáticas del día a día del colectivo, por ejemplo, cómo se deben inventariar las piezas que salen de la excavación y llegan al museo. "Hay que fluctuar juntos porque los arqueólogos son los que dotan a los museos, la relación debe funcionar sí o sí", sentencia.

Lo que también debe funcionar sí o sí es el equipo de trabajadores. "El equipo del museo es básico, sin ellos no se puede hacer nada. Cuando llegue el 5 de marzo me pondré en sus manos porque realmente lo que hace funcionar las cosas son los equipos, no los museos". "Aún no soy consciente de la falta de personal y presupuesto. Sé que habrá limitaciones pero a veces el problema no es el dinero, sino en qué se destina".