La presidenta del Govern, Francina Armengol, mostró ayer su "máximo respeto al hablar de sentencias", pero matizó que la condena de Josep Miquel Arenas, Valtònyc, "emana de la Ley Mordaza" que "desde la izquierda" consideran que "es muy represiva y recuerda a otros tiempos". La líder autonómica consideró que en un Estado de Derecho "se debe perseguir la convivencia" y contestar a "la palabra con la palabra", aunque dejó claro que "en absoluto" comparte "las letras de Valtònyc ni en el fondo ni en el espíritu".

El líder del PP balear, Biel Company, mostró su "respeto a las decisiones judiciales", al igual a que "el afectado (Valtònyc) pueda seguir recurriendo en otros tribunales" y defendió "la crítica sin necesidad de insultar o difamar". Para Company, "si alguno se pasa de frenada, se ha de atener a las consecuencias". A su vez, tras considerar que la sociedad ha entrado en una deriva "extremista", apeló a recuperar "el seny" y discrepar "manteniendo las buenas formas y evitando groserías".

Los partidos del Pacto criticaron unánimemente la sentencia a Valtònyc al considerarla "desproporcionada" y afirmaron que lo que se esta produciendo en España en un retroceso democrático. "Hace años que tenemos un clima que no favorece un sistema democrático de calidad", dijo en este sentido el portavoz del PSIB, Iago Negueruela, quien puso como ejemplos la conocida Ley Mordaza o la reforma del Código Penal.

El portavoz parlamentario de Podemos, Alberto Jarabo, calificó de "vergüenza" la condena a Valtònyc. "Si lo comparamos con los casos de Iñaki Urdangarin o Jaume Matas, que están en la calle a pesar de la alarma social que generaron sus casos de corrupción y de que esté confirmado que robaron a todos los ciudadanos, resulta incomprensible que mientas esta gente está en la calle, Valtònyc vaya a prisión" por "crear canciones".

Patricia Font, de Més per Menorca, afirmó que la sentencia a Valtònyc es una prueba de "la involución democrática que se está produciendo en todo el país".