El Rey de España tuvo que abdicar por la corrupción desatada entre sus allegados, la llamada Familia Real. En este diagnóstico coinciden reputados catedráticos de Constitucional, que deberán ser condenados a un año de cárcel según la doctrina inventada por el Tribunal Supremo, para demostrar que los raperos son más peligrosos que los políticos o estadistas corruptos.los raperos son más peligrosos que los políticos o estadistas corruptos

La condena contra Valtonyc supone el final de la libertad de expresión en España, y la culminación de la nostalgia de tiempos pretéritos que se adueñó de la misma Sala que ya abriera tres causas penales tres contra Baltasar Garzón. Y que no se guía por un espíritu punitivo, según demostró con su magnanimidad al reducir de seis años a nueve mesela condena contra el seis veces corrupto Jaume Matas.

Frente al daño que la corrupción en su entorno íntimo ha causado al Rey, la frase "los Borbones son unos ladrones" no parece desorbitada, más allá de la concisión a que obliga una canción. El endeble verso "haremos que Urdangarin trabaje en un Burger King", que figura en la sentencia como coadyuvante a un año de cárcel, tampoco suena excesivo en labios de cualquier contribuyente que tuviera que sufragar los dispendios de Cristina de Borbón y su esposo, ambos radicados en Suiza sin necesidad de exiliarse.

Valtonyc cantó una interpretación moderada de los excesos cometidos en La Zarzuela. No es Quevedo, aunque nadie puede dudar de que los magistrados también encarcelarían al poeta. Por expresarse.