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Crítica de música

Piano pianísimo

Arcadi Volodos se presentó en el Auditòrium de Palma con un programa al más puro estilo romántico. Schumann, Brahms y Schubert. ¿Se puede pedir más?

Tres compositores, que al final fueron más, pues los bises (¡cinco!) formaron como una tercera parte del programa, tan intensos fueron.

Romanticismo sin concesiones. Empezando por esa joya exquisita del teclado que es Papillons op. 2 de Robert Schumann, con la que abrió ese denso e intenso recital.

Pura esencia schumaniana. Pulsación, pedal, tempo, sonido, matices. Todo perfecto. Hoy por hoy, la versión de Papillons de Schumann del pianista ruso es la de referencia. No puede leerse mejor el mensaje juguetón del compositor. Sin dramas, con dulzura. Con unos pianísimos imposibles, mágicos. Casi lo mejor de la noche.

Después Brahms con ese inmenso opus 117. Unos Impromptus que dejan huella. Sonido a raudales. Éxtasis sonoro, acompañado de una dicción (es un decir) de primera.

Y en la segunda parte Schubert, a través de la Sonata D 959, de la que tuvimos un preludio hace una semana, a través de la conferencia que dio otra leyenda viva del piano, Alfred Brendel. Sonido Volodos otra vez. Romántico. Bello.

Y después de los múltiples aplausos de un público entusiasta aunque no excesivamente numeroso (la propuesta merecía más de quinientas personas), vinieron los bises, destacables, muy destacables, Malagueña de Ernesto Lecuona y Melodie de Rachmaninov.

No podemos terminar ese comentario sin dar la enhorabuena y las gracias a los aventureros que han organizado ese ciclo de grandes pianistas en Palma. Ya esperamos la programación de la próxima temporada.

Obras de Schumann,

Brahms y Schubert

Auditòrium de Palma

*****

Arkadi Volodos, piano. 6/02/2018

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