Publicó en 2009 el que, hasta ahora, era su último libro de poesía, La part visible. Pero en este enero, el escritor Sebastià Alzamora ha dado a imprenta La netedat, con el que rompe un silencio poético de casi diez años. En esta década, Alzamora ha publicado cuatro novelas: Miracle a Llucmajor, Crim de Sang, Dos amics de vint anys y La Malcontenta. Que haya pasado tanto tiempo sin publicar poesía no quiere decir, para él, que esto sea un regreso, porque "nunca me había alejado de la poesía".

"Supongo que cuando eres más joven tienes una cierta efervescencia a la hora de escribir poemas y a medida que pasan los años cuesta más dar un poema por bueno. Te vuelves más exigente. O más lento", apunta el autor.

En La netedat, Alzamora presenta unos treinta poemas breves que tratan sobre temas que confluyen en un extenso poema final, que da título al libro. "En los poemas se va dibujando una lógica de discurso que es la que termina desembocando en ese poema largo que recupera los temas que ya han salido, añade algunos nuevos y profundiza en ellos".

La muerte es una de las ideas más recurrentes de La netedat, "pero no la muerte propia, sino la de los otros, la de las personas que quieres. Esta es la muerte que más duele". No es fácil hablar de la muerte porque es algo que da miedo y, según el escritor, el miedo es la "peor fuerza en la vida de una persona porque te paraliza y te impide vivir". Es por esto que en lugar de hablar solo del miedo como angustia o sentimiento, el autor expresa su miedo al propio miedo.

En La netedat Alzamora también se deja ver un poco menos intenso, y más irónico. En algunos poemas, como en El lector, se ríe un poco de "un cierto tipo de personas que se acercan a la literatura con prejuicios y que caen en esnobismo, actitudes altivas y en el menosprecio". Alzamora prefiere celebrar la literatura como "una manera de vivir, una experiencia vital que podemos tener, tan intensa como cualquier otra".

Una de las partes en las que se divide el libro se llama Marines. El escritor explica que los cinco poemas que reúne son quizá los que más "miran al exterior, mientras que los otros son más introspectivos". Y para un isleño, mirar al exterior "significa ver el mar", concreta el poeta.

El escritor de Llucmajor ha contado con el lápiz del dibujante Julio César Pérez. Alzamora cuenta que tanto él como César no han querido llamar ilustraciones a los dibujos "porque no ilustran los poemas, sino que aportan su lectura, su propia visión... pasan por la mirada del autor".

Los dibujos tienen una estética aparentemente sencilla, sin artificios, y siempre en blanco y negro. "Creo que le dan al poemario una potencia y una fuerza extraordinarias" asegura el escritor.

Descobreixes de sobte que ets un altre i rius es lo que reza uno de los versos de La netedat. "La vida te cambia, a veces a través del placer y otras a través del dolor, pero te cambia necesariamente. Siempre somos alguien más a parte de quien nos creemos ser y no siempre estamos preparados para descubrir quién es esa otra persona que está dentro de nosotros".

La experiencia de la lectura

Lo que el tiempo no consigue cambiar en el escritor es su amor y respeto por la literatura y por lo que le provoca leer algunos poemas: "Esa experiencia vital que no esperas cuando empiezas a leer". Aunque no se atreve a decir cómo tiene que ser la poesía, porque "si la poesía si se define por alguna característica es que escapa a cualquier definición", sí que sabe qué es lo que se haría muy feliz: "Que alguno de mis poemas consiguiera ser una experiencia vital para alguien. Con esto, yo me sentiría absolutamente satisfecho como poeta".