La bailarina japonesa Minako Seki y el músico alemán Willem Schulz representarán hoy en el Casal Solleric la performance de danza y violoncelo Existence, a partir de las 19 horas. Una pieza, de unos 45 minutos de duración, que ahonda en cuestiones que determinan la vida como el miedo, la esperanza, el amor, la enfermedad y la muerte.

Tomeu Gomila, de la compañía de danza Au Ments, explicó ayer que esta performance nació a partir de la muerte, víctima de un cáncer, de un hermano de Minako Seki, lo que la llevó a reflexionar "sobre la fragilidad de la vida y sus últimos momentos, cuando todo se apaga".

Seki lleva once años representando esta performance por distintos países, un proyecto que compagina con otros espectáculos, en la actualidad con Sol Picó e Israel Galván, dos nombres propios de la danza en España. Tras vivir tres décadas en Berlín, reside desde hace un tiempo en Cala Figuera. Especializada en butoh, considerada la danza más misteriosa del mundo, asegura que el público que vea hoy la performance del Solleric sentirá una mezcla "de tristeza y alegría".

Schulz, por su parte, es un músico de formación clásica que trabaja desde la experimentación y la improvisación.

Desde su estreno, Existence ha viajado por lugares como Bolivia, donde se escenificó en la Isla del Sol, el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile o el Festival de Teatro de Calle de Valladolid.