Los recuperados Premis Mallorca de Creació Literària se han repartido este año entre el archipiélago y la península. El escritor mallorquín Pere Joan Martorell recogió ayer en la sala de plenos del Consell el de narrativa, dotado con 25.000 euros, por la obra La veu del silenci,La veu del silenci que se publicará por voluntad expresa del autor bajo el título La memòria de l'oracle, una novela sobre la Guerra Civil "con una trama muy barroca, compleja y laberíntica, con un buen hilo conductor", destaca el jurado. El de poesía recayó en el autor valenciano Josep Lluís Roig. Su poemario La llum del curtcircuitha destacado por ser una "obra incómoda y a la vez con gracia, ritmo trepidante y unas imágenes expresivas llenas de fuerza".

Para el autor de Lloseta, su novela es "atípica" y "rara". "Es una novela poética porque dentro de la misma hay un libro de poesía", explica. "Me interesaba mucho trabajar el estilo, centrarme en este aspecto", confiesa a este diario. La temática de La memòria de l'oracle es la Guerra Civil. "El punto de partida es una madre y un hijo que buscan al padre, que ha desaparecido", señala. La historia discurre durante el proceso de búsqueda desde la postguerra hasta la actualidad. "Son del bando republicano. El padre era maestro y se lo llevaron los fascistas", relata Martorell, quien reconoce que en los últimos tiempos ha estado muy pendiente de la apertura de las fosas de Mallorca fosas de Mallorca y las consiguientes identificaciones. "Si esta historia hubiera sido real, es posible que esa madre y su hijo hubieran podido localizar a su familiar", continúa. "Mi idea con esta novela es poner un poco de luz sobre las consecuencias de este conflicto a nivel personal, mental y social", agrega.

Escribir sobre la Guerra Civil es harto complicado. Sobre todo, dar con el enfoque adecuado. El escritor asegura que su premisa fue la siguiente: "Escribe el libro que te gustaría leer". El esqueleto del libro lo conforman capítulos alternos de una misma voz (la del hijo) que narra desde tiempos y lugares distintos.

Desde Valencia, Josep Lluís Roig (Oliva, 1967) aterrizó ayer en Palma para recibir el Premi Mallorca de Poesía, dotado con 15.000 euros. Su poemario, La llum del curtcircuit, cruza la experiencia del amor y el mundo de los estupefacientes. "Los poemas son como instantáneas donde se narran dos relaciones tempestuosas: la de un chico con una chica y las de éste con las drogas", comenta el poeta. "No es un libro moralista, pero tampoco complaciente", advierte. Para escribirlo, el autor confiesa que tuvo que investigar el mundo de las sustancias psicotrópicas. "Descubrí cosas fascinantes, como que la codeína es un opiáceo. Y que en el pasado mucha gente se enganchó a un jarabe antitusivo que llevaba altas dosis de esa sustancia", señala. La idea inicial de Roig era abordar todo este material en una novela. "Quería que el protagonista de la misma escribiera poemas dentro de esa novela. Entonces, empecé escribiéndolos. De tal manera, que los terminé todos, los 30. La novela aún no la he redactado", confiesa el escritor, quien reconoce paralelismos entre el amor y las drogas. "Los dos pueden ser peligrosos y enganchar".

El valenciano presentó el poemario a estos galardones porque no quería "mirarlo más". "Este texto es muy diferente a todo lo que he escrito hasta ahora y me daba un poco de miedo volver sobre él. Mi sorpresa ha sido que me hayan premiado", revela.

En la ceremonia entrega de los galardones, el presidente del Consell, Miquel Ensenyat, destacó el compromiso de la institución para incentivar la creación y fomentar su consumo. "Todo el mundo ha de tener la posibilidad de canalizar sus aptitudes culturales y su fuerza creadora, y también de acceder a la utilización de las creaciones de otros y poder regocijarse con ellas", señaló. Además de música, los asistentes al acto pudieron disfrutar de lecturas dramatizadas de las dos obras ganadoras que corrieron a cargo de Pilar Tous, Toni Pol, Blanca Ballester y Miquel Reynés.