La esperada Carta arqueológica subacuática de Mallorca, una herramienta indispensable para proteger el patrimonio subacuático, víctima de los expolios durante décadas, contará con una partida del Consell para 2018 cifrada en 50.000 euros. El inicio de esta Carta, que a diferencia de Balears funciona desde hace años en otras comunidades como Andalucía o Cataluña, llega tras la satisfactoria "prueba piloto" que se ha realizado en el archipiélago de Cabrera, donde se han revisado los catorce yacimientos que se conocen. "Cabrera representa el punto de partida de la futura Carta", aseguró ayer el vicepresidente primero y conseller de Cultura, Patrimoni i Esports, Francesc Miralles.

Los objetivos marcados por los responsables de la Carta pasan por elaborar unos planes de protección para cada uno de los yacimientos y redactar un proyecto plurianual de intervenciones que determinará las zonas en las que se actuará en Mallorca. "Cada uno de los 14 yacimientos de Cabrera, totalmente localizados, recibirán un tratamiento específico y contarán con una vigilancia más precisa. Estamos poniendo los pilares de la futura Carta", insistió Miralles.

El Consell trabaja por la firma de un convenio con el Ministerio de Defensa con el fin de conseguir el respaldo de la Armada, cuyo apoyo ha sido "determinante" en las prospecciones realizadas en Cabrera. "Iremos estableciendo diferentes zonas donde actuar con la Armada. Antes del verano de 2018 sabremos en qué yacimientos de Mallorca podemos trabajar", apuntó el conseller.

"La Armada es la organización idónea para la protección del patrimonio subacuático. Miramos hacia el futuro con esperanza y con espíritu de colaboración en ese posible convenio", señaló Juan Moreno González, responsable de la Comandancia Naval de Palma.

La campaña de Cabrera

A partir de las fichas redactadas de los yacimientos de Cabrera se podrán elaborar diferentes tesis sobre el comercio antiguo del Mediterráneo occidental, saber con más precisión cuáles eran las importaciones y exportaciones, los puertos de referencia y qué papel desempeñó Mallorca en cada momento histórico.

Durante la campaña de Cabrera, desarrollada en mayo de 2017 y posible gracias a una partida de 8.000 euros, se identificó y localizó la posición de los yacimientos (los más antiguos del siglo II a.C.), se evaluó el estado de conservación de sus restos y se propondrán las medidas de actuación necesarias para garantizar su protección, conservación y difusión.

El único yacimiento no expoliado de Cabrera corresponde al pecio denominado Cabrera XIV, localizado a unos 70 metros de profundidad. "Este pecio corresponde a un barco romano de finales del siglo III que iba cargado de ánforas que contenían salsas y procedía del Norte de África", señaló el arqueólogo Sebastià Munar.

De los catorce yacimientos, dos son de tipo púnico-ebusitano, del siglo II a.C.; cinco del periodo del Alto Imperio Romano; cuatro del Bajo Imperio; y tres de época moderna, hasta el siglo XVIII.

"La elección de Cabrera como punto de partida de la futura Carta arqueológica subacuática de Mallorca no es fortuita. Balears, y más concretamente el archipiélago de Cabrera, estaban situadas enmedio de las rutas comerciales marítimas de la antigüedad. Las aguas de Cabrera eran muy peligrosas para navegar a vela, especialmente en condiciones adversas. Eso hace que la concentración de naufragios en este punto sea uno de los más elevados de todo el Mediterráneo occidental", argumentó Munar.

La Carta arqueológica subacuática es una herramienta de gestión siempre "viva", en constante renovación. Un documento interno, para la Administración, que estará alejado de las manos de los expoliadores.