El pasado 1 de octubre el histórico Café 1916, tras veintinueve años de servicio, cerró sus puertas. Fue un espacio de tertulias y entregó durante 14 años un certamen literario cuyo último premiado es Andreu Navarra. Lo mismo sucedió con el galardón Món. Ahora el premio Café 1916 está sin mecenas, afirma Román Piña, en representación de la editorial Sloper.

Hoy se presenta en la librería Literanta, en Palma, a las 20.00 horas el último premio Café 1916. El doctor en Filología hispánica obtiene el galardón por su novela Hojas. "Estoy muy contento, me lo tomo como una señal porque no sabía que pudiera despertar el interés de alguien", expresa el autor.

Desde que recibió esta distinción, a finales de agosto, hasta ahora ya ha comenzado a escribir la segunda parte de una trilogía que continúa cada vez con "una vena humorística muy fuerte".

"Escribiendo prosa literaria yo vuelo, por eso lo llamo modo águila". El libro se puede relacionar con la "parte irónica y satírica de la Ilustración, porque no puede haber pensamiento racional sin ironía, como sucede con Voltaire y Cervantes, que crean un ámbito con mayor apertura mental". El escritor tiene ganas de escribir prosa que atrape y escandalice porque la "ironía se está muriendo en nuestra sociedad, yo creo que sin ella no se puede vivir", añade. El personaje de la obra se define como un viejo filósofo que tiene que ver con la literatura de Azorín y la tradición de la novela filosófica. "El protagonista, aún sin identidad, ha quedado atrapado en su pensamiento y tiene ciertas dificultades para vivir con garantías vitales al ser autodestructivo", asegura el premiado. El pensamiento llega a ser "tan crítico que al final se queda en nada".

Thomas Bernhard y Pío Baroja son los escritores en los que el autor se inspira, debido al tratamiento del "exceso de razón, la ruina de la moral y las dificultades de vivir conforme a unos ideales destructivos en nuestro entorno".

Esta obra, inspirada en los cuadernos del filósofo Cioran, responde al título Hojas para simbolizar los escritos de la propia vida del protagonista, e incluso, cómo el personaje recuerda la imagen de las hojas de los árboles que cubren la tumba de Spinoza, filósofo del XVII, de quien el autor al investigar su pensamiento quedó "maravillado".