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Crítica de cine

Amor, desamor, dolor, humor

Doble pareja. Ying y yang al cuadrado. La sinopsis de La gran enfermedad del amor es, expuesta en su mayor brevedad, ramplona. Chico conoce chica, se enamoran, se pelean, ella enferma, mucho, él espabila y acude a su lado. Con añadido de chispas interraciales. Para la tradicional familia paquistaní de él, un matrimonio concertado es matrimonio a secas.

¿Qué tiene de especial entonces esta película? ¿Qué la diferencia de un dramedia televisivo? Varios motivos.

Primero, la autenticidad. Los hechos narrados ocurrieron en la vida real al actor protagonista (y coguionista) Kumal Najiani y a su novia, Emily Gordon, coguionista, modificándolos sólo levemente para la ficción. Esa autenticidad, fundir personajes con personas, se acerca a la lograda por el cineasta Richard Linklater estos últimos años y el francés Eric Rohmer en décadas pasadas.

Segundo motivo, el humor. Aquí intervienen el director y, sobre todo, del productor Judd Apatow (director de Lio embarazoso o Virgen a los 40). Su mano es invisible y a la vez innegable. Humor ni zafio ni soso, entrañable y divertido, lo más difícil. Ejemplos, los padres de ella dando un respiro con sus divertidas desavenencias en el momento más duro de la enfermedad; o los gags de repetición al inicio y final del filme, o las cenas familiares de él.

Tercero, los actores poniendo la guinda a sus reconocibles personajes, hombres más enteros por fuera y frágiles por dentro, mujeres a la inversa.

Bien los jóvenes, geniales los padres de ella (Romano y Hunter). Resumen, comedia romántica con más lágrimas y risas de lo habitual. Muy, poco habitual, tierna y divertida.

La gran enfermedad del amor

****

Nacionalidad: Estados Unidos, 120 min. Director: Michael Showalter

Actores: Kumail Najiani, Zoe Kazan, Holly Hunter, Ray Romano

Cines: Augusta, CineCiutat

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