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Entrevista

Lluís Pasqual: "Lorca tenía una herida, había un destino trágico en él"

El director teatral se centró ayer en la figura del poeta granadino durante la conferencia que pronunció en CaixaForum Palma

Lluís Pasqual: "Lorca tenía una herida, había un destino trágico en él"

Cuando Lluís Pasqual era pequeño siempre decía que quería ser grande, negro y tener un hermano mayor. Esa figura fraternal la encontró poco después en Federico García Lorca, sobre quien habló ayer en el ciclo Universos literarios de CaixaFòrum Palma.

"Mi madre nos cantaba canciones de Lorca. Después descubrí sus poemas y luego llegué al teatro. Hacia los 18 años, me di cuenta de que me pasaban las mismas cosas que le sucedían a todo el mundo y que quien mejor las sabía explicar era el poeta de Granada. Lorca sabía decir las cosas, la frase, la palabra exacta, y darle el ambiente preciso", sostiene el director teatral, actualmente responsable del Teatre Lliure de Barcelona.

Este hombre de teatro forjado en decenas de espectáculos decidió escribir de sí mismo a través del autor de La casa de Bernarda Alba. "Me pidieron escribir unas memorias y decliné. Comenté que sí podía hacer un libro de algo que conocía y opté por hablar de Lorca y el teatro. Explico en esa publicación [ De la mano de Federico] cómo ha sido mi camino junto a Lorca desde mis primeros montajes de sus títulos", relata. "Para mí Lorca abre puertas y va directo al corazón de la gente", agrega.

Pasqual no sabe si llamarle empatía, pero piensa que cuando se acerca a la obra del de Granada acierta porque recrea en su interior con tino lo que debía pasarle al escritor por su cabeza cuando ponía negro sobre blanco su literatura. "Albertí y la propia hermana de Lorca me lo han dicho", apunta.

La variedad es lo que más valora del autor de Poeta en Nueva York. "Es un prisma de muchas facetas, era un géminis que se multiplicaba por muchos, no sólo por dos. Todos los que conocieron a Lorca usan la misma palabra: "luz". Entraba en una habitación y parecía que se encendían muchos focos. Él estaba contento, tocaba el piano, pero, de repente, parecía que pasaba una nube negra por encima de él. Hay quien le llama "duende", yo prefiero emplear la palabra "herida". Camarón también la tenía. Había algo de destino trágico en él. A todos nos pasa también", explica Pasqual, que lleva dirigidas once obras del granadino. "La única que no he hecho aún es Así que pasen cinco años. No la entiendo", confiesa. "Empecé dirigiendo el teatro más difícil e irrepresentable de Lorca, obras como El Público. Creo que La casa de Bernarda Alba me salió porque hice antes ésta, porque comencé con su producción más rebelde", asume.

La mejor manera de acercarse y entender a Lorca, "es no ponerse lorquiano. Lo suyo es intentar respirar como él lo hacía", considera. "Ponerse lorquiano es lo peor porque nadie sabe qué es exactamente ponerse así", asegura Pasqual, que nació el mismo día que el poeta de Romancero gitano.

"La clave de su obra es la musicalidad. La música modifica su producción literaria. Por ejemplo, si no hubiera escuchado mucho jazz, no habría podido escribir Poeta en Nueva York. Bajo los textos de Lorca siempre hay una partitura", continúa. La universalidad de los temas es otro de los ejes que le hacen perdurable en el tiempo. "La represión de Bernarda Alba sigue existiendo. Incluso lo vemos estos días con el tema del procés [del que asegura que no va a hablar]: gente como ella que defiende una fachada que no se aguanta por sí misma, una fachada en la que es posible que ella ya no crea, pero cuya legalidad ha de defender", comenta.

Pasqual insiste en que no quiere hablar del procés en estos últimos tres o cuatro días "porque la pelota está en un tejado al que ya no llegamos. Está en manos de los políticos. Un tejado en el que está se supone que Europa, las empresas y otros agentes sociales. Y lo que salga de ahí los ciudadanos lo celebraremos o lo padeceremos", señala.

Respecto a los restos del poeta de la generación del 27, el director cree que el cuerpo "no está donde todos suponíamos". "Su padre era un labrador rico que se había ganado enemigos pero al que también le quedaban amigos. Si yo hubiera sido su padre, habría intentado recuperar el cuerpo. La familia de Lorca no se ha apuntado nunca a todo el tema de la aparición del cuerpo. Es como, vamos a dejarlo donde está tranquilo. Es posible que la familia hubiera recuperado su cuerpo y después lo hubiera enterrado. Es mi teoría y creo que también la más plausible", opina. "Además, de este muerto nos queda una presencia muy viva con su obra. Con otros, es totalmente justo que les encuentren. España es el segundo país del mundo con más muertos sin identificar después de Camboya", denuncia.

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