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Crítica de cine

Oigo los huesos crecer

Avalada por el equipo creativo de Loreak, Handia se fija en un hecho misceláneo ocurrido hace siglo y medio. Un chico de un pueblo vasco (Joaquin/Sagardoy) desarrolló acromegalia y comenzó a crecer hasta ser declarado el hombre más alto del mundo. Su familia, para superar las penurias del campo, lo explotó como atracción de feria por España y Europa.

Con esa sinopsis, el desarrollo dramático y los temas subyacentes son evidentes. Al trauma que sufre el hombre por su anomalía física se le añade el verse utilizado casi como animal de zoo. Lo acepta por ayudar a la familia a salir de la pobreza. Otra vertiente es su dificultad para encontrar pareja, una cosa es ser alto y otra ser casi un monstruo. Su audiencia con la joven reina Isabel o el encuentro de gigantes en Inglaterra son escenas potentes. A todo esto, bien tratado, el guión añade, ¿por salirse del camino más trillado y evidente?, la participación del hermano (Martin/Usabiaga), lisiado en la guerra carlista. Cada uno tiene personalidades y traumas diferentes. Sin embargo los creadores no han sabido jerarquizar las tramas, dan la misma importancia a ambos personajes y, por mor del realismo, no acaban de afinarlos. Martin no acaba de provocar empatía, por los bandazos vitales e indecisiones, pero tampoco es un villano que se aproveche del grandullón. Esta trama es lo único que chirría y distrae en el guión. Las actuaciones son buenas; la música, naturalista y original, con algún exceso de bajos retumbantes; la fotografía excelsa. Notable drama (real) sobre historia parecida a El hombre elefante.

HANDIA

España, 114 min.

***½

De Aitor Arregui, Jon Garaño

Actores: Eneko Sagardoy, Joseba Usabiaga, Ramón Aguirre, Aia Cruse

Cines: Augusta, CineCiutat.

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