A la mañana siguiente de la resaca que representa la noche de entrega del Premio Planeta, con un constante ir y venir de noticias y rumores, los dos ganadores mantienen un contacto más sosegado con los periodistas acreditados.
Se trata de una conversación más trabajada, sin el estrés de las declaraciones de la noche anterior, donde prima la inmediatez informativa.
Tanto Javier Sierra como Cristina López Barrio atendieron a DIARIO de con mucha afabilidad, sin nervios. Las frases que dieron pie a los titulares ya se dieron la noche anterior, ahora es el momento de la respuesta más meditada, del análisis.
La primera pregunta intenta aclarar los temas y los títulos de las dos novelas ganadoras El fuego invisible y El fuego invisible La niebla en Tánger.La niebla en Tánger
Es Sierra quien responde: " El fuego invisible es algo que todos llevamos dentro, es ese afán de superación, esas ganas de aprender, ese seguir avanzando en momentos de zozobra, esa emoción que nos envuelve cuando estamos escribiendo".
Para Cristina López Barrio, ese fuego invisible también "tiene que ver con el hecho de vivir apasionadamente". Y es que su novela trata de eso, "de seguir los pasos a una pasión, pues la protagonista de La niebla en Tánger inicia un viaje, geográfico e interior, para averiguar la identidad de un amante, de quien ella solamente conoce el título del libro que ese hombre estaba leyendo la noche que se conocieron y que la lleva a Tánger a empezar una investigación".
¿Y por qué Tánger? "Pues por ser una ciudad muy literaria. Aquí Tánger es más que un sitio geográfico, es también un estado de ánimo", responde la finalista.
Intriga, pasión, un libro enigmático, lectura dentro de la lectura... "Un libro que es a su vez protagonista de otro libro. Una forma recurrente de jugar con diferentes planos de ficción. En mi novela hay también influencias de un libro de Oscar Wilde, La decadencia de la mentira", añade la abogada y escritora madrileña. "Para la protagonista de La niebla en Tánger, el viaje es una búsqueda para aclarar qué es lo qué importa realmente en la vida".
"Hablando de viajes -es Sierra quien interviene- en mi libro también hay algo de ésto, hay un viaje físico por diversas ciudades españolas relacionadas con el Grial, pero también hay algo de viaje iniciático hacia el querer saber más sobre uno de los grandes mitos occidentales. Pensemos que la palabra Grial aparece por primera vez en el siglo XI en un texto inacabado de Chrétien de Troyes y que desde entonces no ha dejado de ser todo un referente del misticismo. El Grial más que un objeto, es un estado de ánimo, un camino hacia la mística".
Juan Eslava Galán, miembro del jurado y que ya ganó el Planeta en 1987 con En busca del unicornio, otro claro elemento mágico de la cultura medieval, califica la novela de Sierra de "sinfónica". Así que le preguntamos al ganador si en esa trama sobre el Grial aparece Richard Wagner, el compositor que mejor ha plasmado ese mito en la ópera. "Cierto", responde Javier Sierra, "con Wagner, el caballero Perceval, que el compositor convierte en Parsifal, redime los pecados cometidos por los caballeros que custodiaban el Grial en Monsalvat, que no pocos han querido relacionar con la montaña de Montserrat. Aunque en mi obra no aparece Montsalvat pero sí el tenor Francesc Vinyes, el cantante catalán que cantó como pocos el rol wagneriano de Parsifal". Vinyes, por cierto, dejó escrito un volumen sobre Parsifal en el que habla del Grial y que se editó póstumamente.
Y apostilla Sierra: "Pero también ha influido en mi historia un libro de Valle Inclán, poco conocido y que lleva por título La lámpara maravillosa, una especie de manual de autoayuda de su tiempo".
Según los organizadores del premio Planeta, tanto la novela ganadora como la finalista estarán en las librerías el próximo 3 de noviembre y se presentarán en Madrid el día 7 del mismo mes, iniciando un periplo de presentaciones por diferentes ciudades españolas.
