David Trueba tiene la vocación de escuchar, de ser curioso ante los demás. "Siempre trato de entender a todo el mundo. La profesión de narrador te ayuda a eso, a entender no sólo al protagonista de la novela sino a todos los personajes. Y para eso necesitas la observación de la calle y estar atento. Y también saber que no hay una única dirección para las cosas", comenta el escritor y cineasta, que anoche desgranó en el auditorio de CaixaForum Palma las claves de su universo literario. Para hacerlo, partió del proceso de escritura de su última novela, Tierra de Campos, que hoy presenta en Rata Corner (19 horas), y de su propia vocación como escritor. "A pesar de haber experimentado más cosas en la vida, mi mirada no ha cambiado", asegura el autor, quien confiesa que en su último libro ha disfrutado mucho escribiendo sobre el concepto de ocupación. "No es tanto comprender a la gente mayor, sino que poco a poco uno va ocupando su lugar a medida que cumple años. Y eso te da cierta lección de humildad como ser humano", sostiene.
En la conversación con los medios previa a su conferencia, no tarda en aparecer el tema de Cataluña, un lugar al que él se siente muy unido. "En todo este conflicto hay posiciones muy cerradas y gente que es incapaz de salir de lo que determina que es verdad. Gente que se mueve mucho emocionalmente y que niega lo razonable", opina. "Para estos momentos, me gustaría traer a colación una frase de Jean Renoir: ´Cuando haces una película, todos los personajes tienen sus razones´. Y yo añado: ´Y no significa que todos tengan razón´", comenta. Para el escritor, en España no podemos presumir de saber convivir, "somos demasiado apasionados y sanguíneos, que eso en cierto punto puede ser positivo, pero nos conduce a encerronas de las que no sabemos salir sin violencia", advierte.
"El asunto catalán viene de atrás y tiene que ver con cómo hemos desarrollado nuestra convivencia autonómica. En realidad, la propia libertad de las autonomías lo que ha provocado es que nos alejáramos todos. Y lo que ha sucedido es que las comunidades históricas, con lengua propia, etc. han tirado más hacia sus territorios", relata. "Algunos piensan que lo mejor es cortar de raíz con esto y rehacerlo. Yo creo que no. Todo esto pone de manifiesto lo difícil que es la libertad y la democracia y que requiere mucha honestidad", agrega.
Para Trueba, la "deslealtad" de Cataluña con España es "evidente". "Los catalanes deberían haber encontrado otro mecanismo. Han usado la calle contra la ley. Pienso que se debería haber sido más educativo con el proceso", considera. Pero matiza: "Cuidado, critico el mecanismo utilizado, pero pienso que las leyes sí pueden cambiarse, pero no así", continúa. "La gente ya vota varias veces en cuatro años: las estatales, las municipales, las autonómicas... Y en esas votaciones ya se dicen muchas cosas. ¿Había que hacer una votación marginal que violentara el espíritu de la gente?", se pregunta el cineasta. "Pienso que la democracia aún tiene posibilidades, yo no la tiraría a la papelera y me da la sensación de que lo estamos haciendo", lamenta.
Quebrantar la ley
Trueba ejemplifica así sus argumentos sobre el mecanismo empleado por Cataluña: "En EE UU ganó Trump. Un tipo que da miedo. Pero en Estados Unidos hay unas leyes que ponen límites a las cosas. Y por eso Trump no podrá hacer según qué. No siempre son los buenos los que rompen la ley, sino que también los malos podrían hacerlo", señala.
Por otra parte, piensa que la independencia es un proceso largo "que no puede aprovechar una situación de corrupción de determinados partidos y que no puede basarse en la improvisación. En realidad, no sabemos en qué consiste esa separación. Cómo se va a gestionar", cuestiona. "También veo un claro problema de lenguaje y de información en toda esta situación. Poca gente hace el viaje de un lado al otro. Hay que informarse en distintos medios y hacer un viaje mental profundo para evitar estos enfrentamientos. Se necesita gente educada, informada y formada, porque, si no, empobreces el sistema", opina.
Por último, el autor de Saber perder aplaudió el Nobel otorgado a Kazuo Ishiguro. "Cuando hablo de la mejor adaptación de una novela al cine siempre me refiero a Los restos del día, que es un libro magnífico, de las mejores novelas escritas en los últimos 30 años", asevera. "Creo que la Academia ha buscado premiar la transversalidad identitaria. Ha reconocido a un enorme escritor británico sin ser británico. En esto, debo decir que la Academia va por delante de sus críticos. Les está diciendo a los británicos en tiempos del Brexit: Lo que os ha hecho grandes es ser abiertos", concluye.
