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Crítica de cine

Mentir para seducir

La escritora norteamericana Joyce Carol Oates ha utilizado el seudónimo Rosamond Smith para sus obras más ligeras. El título (traducido) de la novela adaptada por François Ozon es Vidas de gemelos. La sinopsis va de una mujer que acude a un psicoanalista para intentar resolver unos problemas psicosomáticos de estómago. Se enamora del terapeuta, descubre que éste tiene un gemelo de idéntica profesión y se enamora también de él. De ahí el título galo. Para proseguir me veo obligado a desvelar más.

La primera capa por tanto es un triángulo amoroso verosímil. No son infrecuentes los casos de mellizos que, como juego, se hacen pasar por el otro para encontrarse con la pareja suya. La segunda capa indaga en la problemática de esos hermanos. Resulta que el que nace en primer lugar es el fuerte, el dominante, el más seguro. ¿Pero y si el segundón intenta hacerse pasar por el otro? En esta capa la película funciona bien. Hay misterio, hay pasión, hay ramalazos de sexo que ponen en evidencia la pacatería de 50 sombras de Grey, hay una puesta en escena muy elegante y unos actores guapos y efectivos. Dos referencias más de pasada, Instinto básico y, en la lograda gelidez de la mujer, Belle de jour. El tercer acto, la tercera capa, se mete en un sembrado extraño, un batiburrillo de David Lynch, La semilla del diablo de Polanski o Inseparables de Cronenberg sin la simplicidad y contundencia de éstos. Aunque ese cierre chirríe a muchos por su gratuidad y vacuidad, se agradece que Ozon arriesgue, que no se conforme con un sofisticado drama psicológico más.

El amante doble

***

Nacionalidad: Francia, 107 min.

Director: François Ozon

Actores: Marine Vatch, Jeremie Renier, Jacqueline Bisset

Cines: CineCiutat

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