Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pintura

35 miradas sobre Dionís Bennàssar

Los artistas de la galería pollencina rinden homenaje al pintor con una exposición en la que revisan, recrean y juegan con su obra - La muestra, que también incluye escultura, se inauguró ayer y podrá visitarse hasta el próximo 12 de octubre

Dionís Bennàssar visto por Dionís Bennàssar. Los actuales artistas de la galería rinden homenaje al pintor en el 50 aniversario de su muerte con una exposición que se inauguró ayer y que podrá visitarse hasta el próximo 12 de octubre en el número 11 de la calle Antoni Maura de Pollença.

En Homenatge a Dionís Bennàssar participan 35 creadores, entre pintores y escultores, que interpretan, cada uno con su estilo, el lenguaje de Dionís Bennàssar (Pollença, 1904-1967). La lista incluye a artistas como Codorniu, Eduard Vich, Josep M. Alaminos y Luis Maraver, entre otros.

"Lo que encendió este proyecto fue la declaración del Any Bennàssar en Pollença con motivo del 50 aniversario de la muerte del artista. Se han programado muchos actos, pero faltaba algo más moderno. Y qué más moderno que coger a los artistas de la galería y proponerles para la colectiva que cada año hacemos en septiembre que se inspiraran en Dionís para hacer una obra en homenaje al artista. Ya fuera copiando un cuadro del artista, inspirándose en su figura, en sus colores o en sus paisajes. Todos quedaron encantados con la idea", resume el codirector de la galería Pol Font.

Los artistas tuvieron libertad para escoger las obras sobre las que inspirarse aunque tanto Font como la nieta de Dionís Bennàssar, Cati Bennàssar, hicieron algunas recomendaciones: "Por ejemplo, un paisajista como Codorniu sabía que podría pintar un pino hermoso; a Jorge Azri, que hace unos paisajes muy modernos le comentarmos que podría representar las marinas de Dionís a su manera, y ha hecho un cuadro cuya mitad de arriba es una copia de una obra de Dionís y la de abajo es su continuación; Maraver ha hecho unos pinos y al lado una pareja de niños tirando colores sobre la pintura, es un homenaje al color de Dionís; y Luis Vidal aborda la faceta de brujería y erotismo de Dionís que no es tan famosa pero sí muy interesante".

Hijo de una familia campesina, Dionís Bennàssar demostró ya en la infancia una especial inclinación por el dibujo. En Palma recibió lecciones de arte pero el aprendizaje académico no fue largo y a causa de su gran libertad de ideas chocó con el clasicismo de la época y regresó a Pollença. Alistado en el ejército, a los 18 años, resultó herido en la guerra de Marruecos. La herida recibida en la clavícula inutilizó su mano diestra, lo que no fue obstáculo para su decidida voluntad de dedicarse a la pintura, valiéndose de la mano izquierda. A partir de ese momento centró sus esfuerzos en exaltar la belleza de unos paisajes conocidos y queridos.

"El 95 por ciento de su producción son paisajes, de calas, de montañas de la Serra, del pueblo de Pollença, del mercado, de los pinos de Formentor, los almendros? Por eso es por lo que es más recordado. Pero tiene dos facetas más: la de los fondos marinos, inspirados en Camarasa, muy interesantes; y, ya en su última época, un homenaje al erotismo, las leyendas y la brujería", explica Font, para añadir: "Él que amaba tanto Mallorca y sobre todo el norte de la Serra, la naturaleza y sus colores, si viera cómo se ha prostituido esta isla y cómo la estamos dejando tendría un buen disgusto".

Entre pinturas y esculturas, Dionís Bennàssar llegó a acumular miles de obras, hoy expuestas en la Casa Museo de Pollença. "Nunca dejó de pintar, estaba obsesionado. Muchas de sus obras las regalaba a gentes del pueblo, las malvendía, las cambiaba por favores? Todavía hoy es muy recordado en Pollença, muy querido, y estudiado en los colegios. En Mallorca es reconocido, pero en la Península es otro asunto. Dionís no quería hacer exposiciones en la Península, y eso que se lo ofrecían, en Madrid, Barcelona, Valencia... Nunca quiso salir de Pollença, no creía en estas cosas. Pero cuando hay una subasta en Madrid o Barcelona se pagan precios increíbles, de hasta 40.000 euros y más. Y no los compran los mallorquines", afirma Font.

El Any Bennàssar, que ha brinado otras exposiciones -en el Convent de Sant Domingo y en La Misericòrdia- continuará en octubre con un ciclo de conferencias y la presentación de un vino de las bodegas Can Axartell. En total se elaborarán 1.904 botellas -el año de su nacimiento-, todas con una etiqueta que reproducirá uno de sus cuadros, Les papallones de paper.

Compartir el artículo

stats