Carolina Henke es una joven bailarina mallorquina de 16 años que ha viajado a Barcelona para realizar el Programa Internacional de verano de iBstage. Durante tres semanas, Carolina realiza ensayos intensivos que culminarán el 1 y 2 de septiembre en dos galas en el Teatre Grec. La mallorquina formará parte del cuerpo de baile del ballet de La bella durmiente junto a bailarines principales de las mejores compañías de ballet del mundo.

Tras pasar una audición en Barcelona de miles de personas, la joven mallorquina está ensayando durante jornadas de casi nueve horas en el Institut del Teatre, bajo la mirada de dos reputados directores artísticos: Elías García, quién fue bailarín de Ballets du Monte Carlo, y Xiomara Reyes, ex bailarina principal del American Ballet Theater y directora del Conservatorio de Castilla y León.

Durante 21 días los jóvenes bailarines provenientes de todo el mundo están trabajando junto a reconocidos coreógrafos, bailarines y directores de danza internacionales como la ex bailarina del ballet de San Francisco Clara Blanco, el entrenador del Nationale Opera & Ballet Guillaume Graffin o la directora de ensayo del Het Nationale Ballet Sandrine Leroy. Toda la destreza que están adquiriendo durante estas tres semanas se reflejará en dos noches. El cuerpo de baile del que formará parte la mallorquina lo componen más de cien estudiantes que acompañarán a primeros bailarines como Lauren Cuthbertson y David Donnelly del The Royal Ballet o Gonzalo García del The New York City Ballet, que saldrán a escena para bailar La bella durmiente basada en la versión coreográfica del francés Marius Petipa.

Carolina comenzó a bailar a los cuatro años en una escuela de ballet en Capdepera. "No sabía estar quieta, no paraba de bailar y mis padres decidieron apuntarme a clases de danza", comenta Henke. De ahí se pasó a una escuela en Manacor durante un año,y desde 2013 cursa el grado profesional de danza clásica en la escuela de Francisca Tomás. "Tenía una gran pasión por este arte y quería sacarme el título de conservatorio, así que fui a Palma", explica la bailarina. Durante un tiempo hacía el trayecto de más de una hora desde Capdepera hasta Ciutat, muchas veces en bus, lo que le quitaba tiempo para estudiar. Decidió mudarse a Palma: una familia la acogió y así pudo continuar bailando y obteniendo buenas notas. "El mundo de la danza es muy sacrificado", comenta la directora Francisca Tomás, por eso no permite que sus alumnos dejen los estudios. El pasado verano Carolina ya viajó a Barcelona para desarrollarse en el programa de una semana."Intento que mis alumnos puedan volar un poco enviándolos a diferentes cursos de danza por España yEuropa", comenta la directora. "De esta manera pueden descubrir más formas de trabajar y ver la competencia", añade. Este año al superar la audición ha obtenido la oportunidad de realizar el programa de tres semanas. "Hay nervios por la preparación de las galas, pero también muchas ganas", asegura la bailarina. Cada tres días cambian de profesor, lo que les permite conocer diferentes formas de trabajar.

Carolina tiene los pies en el suelo y entiende que el mundo de la danza es muy difícil. Al finalizar segundo de Bachillerato el próximo año, la mallorquina quiere estudiar Biología mientras realiza audiciones para poder continuar con su pasión.