Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Con nota

Tere Planas: "En el punk el machismo seguro que existe, pero menos que en otros estilos musicales"

"Siempre he tenido miedo escénico: si no hubiera tocado punk, una música en la que no importa tanto cómo sepas tocar, ahora mismo no sería guitarrista" - "El T.N.T fue un caos precioso y un punto de encuentro de una escena, fue un lugar muy divertido y activo culturalmente"

Tere Planas, guitarrista punk

Tere Planas, guitarrista punk

Para ver este vídeo suscríbete a Diario de Mallorca o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Tere Planas, guitarrista punk M. Elena Vallés

Tere Planas (Palma, 1990) recuerda como si fuera ayer los comienzos con Desenterradas. "Para aprender, tocamos durante un año una versión muy graciosa de Jugando a las cartas de Parálisis permanente". En poco tiempo, ingresó en Trance. Y ahora milita también en otro nuevo proyecto, Rotax, junto a Dana, Edu y Bernat Pantalla. Se estrenaron el pasado viernes en el festival Verí a la sang, celebrado en Sa Possessió.

-¿Por qué hay tan pocas mujeres en la escena musical?

-Viene de atrás, del machismo imperante. Las chicas en su tiempo libre solían dedicarse a otro tipo de cosas. Ponerse a tocar la guitarra era una cosa de chicos. Y eso se arrastra. Pero en el punk creo que hay muchas chicas. Y yo me siento cómoda. He visto actitudes que no me han gustado, por supuesto. Por ejemplo, estar tocando en el escenario y que alguien me dijera alguna burrada que otra por el físico. En internet a veces me hablan sólo por el aspecto o porque quieren algo conmigo y ya no se interesan por la música. Pero con mis compañeros y con la gente que he tocado siempre he estado muy cómoda. En el punk, el machismo yo no lo he conocido. Seguramente existe, pero no tanto como en otros estilos de música.

-¿No sería contradictorio que un estilo de música contrario al sistema y al statu quo fuera machista?

-Sí. Claro. Y, bueno, yo cree con otras chicas el grupo Desenterradas un poco por eso. Empezamos desde cero. No sabíamos tocar. Yo tenía nociones de guitarra. Y fue un poco en plan: no hay grupos de chicas en la isla, vamos a hacer algo.

-¿Han de ser reivindicativas en sus letras las bandas de mujeres?

-Hoy día igual ya no. Nuestras predecesoras, como Kathleen Hanna u otras del movimiento Riot grrrl, ya lo hicieron. Nosotras no optamos por esa opción, aunque hay otras que sí lo hacen y está muy bien. Para nosotras, el hecho de juntarnos con Desenterradas y hacer cosas ya era una reivindicación en sí. Pero no hemos querido profundizar en las letras en ese sentido. Quizá es un discurso repetido y en nuestro caso fue algo más fresco y espontáneo. Hicimos un grupo de chicas porque éramos amigas y queríamos aprender a tocar.

-Ahora no están solas.

-No. Están por ejemplo las Haus Frauen, que han tocado en el Tramuntana Rocks, o Sweet Poo Smell, que me encantan. Y creo que habrá más. Hay que animarse.

-¿Cuándo empezó a tocar la guitarra?

-En serio, hace seis años. Empezar, con doce. Siempre he tenido miedo escénico. Conocí a Dana, que es la cantante de Desenterradas, y en poco tiempo nos animamos y montamos el grupo de la chicas. Pero fue porque la conocí a ella, que también estaba con ganas, y me lancé. Luego conocí a Rafa Murillo y a Gato, y empecé con Trance. La música la he tenido en casa desde pequeña. Mi madre sabe tocar un poco el piano y la guitarra. Fue ella quien me enseñó las notas. En casa teníamos el piano de mi bisabuela, que era pianista. Luego tomé clases de guitarra en la Factoria del So.

-Es decir, lo de la música le viene de familia.

-Sí. Mi hermano mayor, Martí Neuròtic, toca punk rock. Tiene 37 años, vive en Alemania y tiene una banda que se llama Frontkick. Y luego está mi otro hermano, Rafita Corromput, que siguió un poco los pasos de Martí. Rafa es ahora el bajista de Trance y el batería de Escorpio. Rafa empezó con el punk a los 16; yo tardé un poco más. Igual por ese miedo escénico que te comentaba. De hecho, creo que si no hubiera tocado punk, ahora mismo no sería guitarrista. Porque, en el fondo, con el punk lo que pasa un poco es que da igual cómo sepas tocar. Al final es la actitud. Y yo no tenía confianza en mí misma. Y si me salía mal algún directo, pues no pasaba nada y la gente me animaba y me decía muy bien. Y yo pensaba, "qué dices, no". Eso es punk, tener la actitud de "tú puedes hacerlo".

-A todos los músicos se lo pregunto: ¿qué tal la escena?

-Escasa. Yo conozco la del hipódromo. Y somos muy pocos. También son pocos los locales en Palma para actuar. Y el trato en algunos no es muy bueno. Hemos tenido ocasión de tocar en festivales o locales en los que se pagaba a todo el mundo excepto a los músicos, que somos los que llenamos los sitios. Cuando nos ha pasado esto, no hemos vuelto. En Palma todavía hay gente que no se toma en serio a los músicos. Pero, a ver, hay espacios donde sí nos tratan bien: el Fraguel, el Three Lions o el Maraca, por ejemplo. Nosotros no buscamos enriquecernos, pero sí que nos paguen por el trabajo. Si tocamos gratis, será para amigos o para cosas que montemos nosotros. "Me cabrea que me pongan una multa de 300 euros por tomar una cerveza en la calle en Barcelona, tener dos trabajos por horas y que la música no me dé para vivir"

-Por cierto, ¿vivió el cierre de los locales del hipódromo?

-No estaba el día que vino la policía, pero sí ensayábamos aquí. Fui una de las afectadas. Nos quedamos sin local. Y nos quitaron un poco el punto de encuentro. No sabíamos dónde meternos, además de que teníamos fechas de conciertos y cosas programadas. Luego estuvimos en dos locales en distintos puntos de Palma. Ese cierre afectó bastante a todo el mundo. Y tardaron en reabrir. Lo de tener que poner la petanca fue tan absurdo... Nadie juega. El caso es que no querían que esto fuera únicamente un espacio para la música.

-Muchos títulos de Trance son pesimistas, engañan.

-Sí. Trance es muy irónico. Está por ejemplo la canción Henry, que viene de la película Henry, retrato de un asesino. Es muy bestia el tema: "Al fin lo conseguí, logré descuartizar el cadáver de la mujer..." Al principio, pensamos: a ver si vamos a tener problemas, pero es de una película, es un relato de ficción. Las letras de Murillo son muy humorísticas. Están inspiradas en parte en lo que hacían grupos como Siniestro Total. Yo me siento identificada con ese humor. Pero en Trance también hay amor y desamor y los dolores de cabeza de la vida. Con esto último me siento más identificada aún.

-¿Hay límites para la libertad de expresión en la música?

-Por desgracia, sí. A nosotros no nos ha pasado nada, pero podría. Por internet tampoco ya se puede decir nada. Estamos cogidos por el cuello. Pero nuestro proyecto no va de decir directamente burradas. Nosotros jugamos con la ironía y el doble sentido de las cosas. En parte para no meternos en líos (ríe), pero también porque nos gusta decir las cosas así.

-¿Qué les une a Argentina?

-Nos une Gato, que es argentino. Él en los 90 tuvo allí un grupo que se llamaba Fan People. Una banda que se hizo bastante famosa. Y a raíz de eso y de seguir a Gato, desde Argentina llegaron a la página de Trance por internet. He de decir que Trance toca un punk rock muy argentino, muy ramonero [de los Ramones]. Este estilo que nosotros tocamos tiene mucho predicamento en Argentina. Y un poco menos en España y Europa. Allí hay una escena muy fuerte de punk rock y lo que hacemos gusta. Entonces, un día abrimos el ordenador y vimos de repente que teníamos muchísimos seguidores de Argentina. Y a mi hermano Rafa se le ocurrió proponer hacer una gira por allá. Pero no teníamos dinero. Y nos lo tuvimos que montar nosotros mismos, sin mánager ni promotores. Hicimos cuatro conciertos y otros grupos amigos tocaron con nosotros para recaudar fondos para la gira. Con ese dinero y algo de nuestros ahorros compramos los billetes, que costaban mil euros cada uno. La gira nos la montó una tienda de discos argentina. El tour fue por todo Buenos Aires y lo más lejos que llegamos fue a Rosario. Fuimos con más de 20 fechas cerradas. Y nos sorprendió ver que allí nos conocían más en su escena underground que en la de Europa. Fue un poco como la historia de Sixto Rodríguez pero en pequeña escala (risas). Fue bonito e intenso.

-¿Por qué han editado en casete?

-Es algo nostálgico también. Por mi parte no tanto porque no lo he vivido por edad. Pero el sonido es otra historia, no está por internet, es como en el vinilo en ese sentido. Para la gente que lo colecciona es un tesoro. Y es barato. Y con el casete puedes hacer maquetas, grabarte tú mismo. El casete es fácil cuando te lo haces tú todo.

-El punk vehiculaba las inquietudes de toda una generación, ahora es un género más.

-Para mí no es así. En Mallorca, punk no hay mucho. Pero hay una escena muy grande en Europa, Barcelona... Nosotros también tenemos la actitud punk, y creo que en casi todos los casos de bandas punk también. No tenemos mánager ni promotor, ni queremos ayudas públicas. Igual porque nos satisface mucho hacerlo todo nosotros. Preferimos hacerlo nosotros y ya está. Eso es punk.

-Pero hay punks con manáger que van a grandes festivales.

-Sí, seguramente. Pero no sé qué otras cosas harán para tener actitudes punk (ríe).

-¿Y si alguna gran empresa quisiera contratarles?

-No sé. No es que nos cerremos en banda y digamos "no queremos la ayuda de nadie", sino que no la tenemos directamente. Si nos ofrecen ayuda, pues supongo que dependerá de las condiciones. No vamos a aceptar cualquier cosa. Por ejemplo, que nos toquen las letras o la música. Claro que la ayuda en algo siempre va bien y si podemos vivir de esto mucho mejor. En mi caso, aparte de música, soy camarera. Y me encantaría que mínimamente me pagaran bien cuando voy a tocar a un local. Y eso ya no se hace.

-¿Qué cosas le cabrean?

-Que la gente no se mueva para que haya espacios donde podamos tocar. Que el Ayuntamiento no haga algo más por la cultura. O que me pongan una multa de 300 euros por tomar una cerveza en la calle en Barcelona y tenga dos trabajos por horas y la música no me dé para vivir.

-¿Como ha sido el proceso de grabación de su segundo LP, Vivir mata?

-Genial e intenso. Lo hemos grabado en una semana en Favela. Y Pep Toni y Michael alucinaron porque tocamos en dos días todos los temas, una quincena de canciones. Primero batería y bajo, y la guitarra la toqué en un día toda entera. Nos dijeron que hicimos récord en haber grabado en menos tiempo un disco. Estamos muy contentos. Son muy buena gente, nos trataron súper bien. El disco se va a mezclar en Argentina porque el sonido de allí nos gusta y se mezcla muy bien el punk rock.

La guitarrista, frente al convento palmesano de las Salesas. b. ramon

-¿Echa de menos el T.N.T?

-Para mí fue un lugar muy importante. De lo que he vivido en la isla por mi edad, no ha habido otro punto de encuentro para el punk aparte del hipódromo. El T.N.T era el lugar de Palma donde me reunía con mis amigos y escuchaba la música que me gustaba. Además era familiar, de mi familia. Lo llevábamos mi madre, mi hermano y yo. Montábamos fiestas, exposiciones, poníamos películas. Hubo una época en la que pusimos títulos gore. También pusimos comedor a buen precio. Pero lo tuvimos que cerrar por temas personales. Y también era muy esclavo. Fue una época bonita. Hay gente que aún me habla del T.N.T y creo que unió a una escena también. Y así nos conocimos más todos. El último concierto que hicimos fue de Trance. Llamó un vecino y dejamos de hacer más. Se nos fue un poco la cabeza, pusimos los amplis muy fuertes. El T.N.T fue un caos precioso. "Con Trance no queremos ayudas públicas porque nos satisface mucho hacerlo todo nosotros mismos"

-¿A qué disco se mudaría a vivir?

-Al primero de los Ramones. Empecé a escucharlos cuando era pequeña. Y cuando conocí a Gato me los metió bien en la cabeza. Me decía, "tú escucha los Ramones, tú escucha los Ramones"; "tú toca como Johnny Ramone".

-¿Qué aporta a Trance?

-Frescura. Quizá una persona con menos experiencia es más permeable tocando. Y pienso que a veces cuanto menos sabes más auténtico eres. No estás tan influenciado. Eres más tú.

Compartir el artículo

stats