Cerca de 4.000 personas abarrotaron la plaza de es Fossar, en Sineu, el pasado viernes por la noche durante el concierto de Sopa de Cabra, que revivió el mítico recital de 1991 en el mismo lugar.

Familias con niños y asistentes de todas las edades vibraron con la banda de Girona. Con un sonido que rozó la perfección, el líder del grupo, Gerard Quintana, se metió en el bolsillo de inmediato al público. Empezó, como siempre, con su saludo de "bona nit malparits"y jugó con un repertorio mezclando temas nuevos y otros clásicos dentro de su gira Cercles.

Canciones como Tot queda igual, El carrer dels torrats, No tinguis pressa, Sota una estrella, Podré tornar enrere, El boig de la ciutat, El far del sud, Mai trobaràs o Camins hicieron las delicias de los asistentes en una bochornosa noche de verano.

Sin duda fue un concierto para recordar, como el que ofreció la banda de rock català hace 26 años en la misma plaza de es Fossar. Gerard Quintana se refirió a esa cita y quiso rendir un homenaje al sineuer Biel Llull, el policía local de Palma que falleció en septiembre de 2016 atropellado por una conductora ebria cuando iba en bicicleta por la carretera a las afueras del pueblo. Le dedicó un tema ante un público emocionado y entregado en una noche que también fue mítica. El vocalista conectó desde el primer momento con los asistentes. Y para cerrar el espectáculo, que se hizo corto para los incondicionales, los Sopa de Cabra acabaron con uno de sus mayores éxitos, L'Empordà, una leyenda del rock català de los años 90.