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Con nota

Pep Lluís García: "Al jazz le veo futuro, hay gente joven de 20 años que ha vuelto a tocarlo y tiene público"

"Ser músico freelance es la manera más viable de poder trabajar y vivir del jazz" - "Me da envidia cuando me cuentan que en Palma, en los cincuenta y sesenta, cada hotel tenía una orquesta y en Tito´s llegó a haber hasta tres big bands" - "Salvador Sobral siempre será reconocido, vale muchísimo"

Pep Lluís García, batería y percusionista latino

Pep Lluís García, batería y percusionista latino

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Pep Lluís García, batería y percusionista latino M. Elena Vallés

La lista de actuaciones de Pep Lluís García (Palma, 1978) da cuenta de su elevado tallaje como batería y percusionista. Ha tocado con Barrelhouse Chuck, Colin Wood, John Tirado, Lluís Coloma, Kyle Esplin, José El Francés, Jay Kay, Perico Sambeat, Salvador Sobral, Walter Salas, Los Peligrosos Gentlemen y muchos más. Sus baterías preferidos son Brian Blade y Ari Hoenig. En percusión, se rinde ante Giovanni Hidalgo.

-Músico freelance, desarrolle este concepto.

-El músico freelance deja de trabajar en una banda fija. Cuando estás en un proyecto estable, no aceptas otros trabajos que puedan salirte. Como freelance, empiezas a trabajar con gente distinta y funcionas a partir de una agenda que vas llenando. ¿Qué sucede? Que esto con según qué proyectos no funciona. Algunos exigen exclusividad porque formas parte de la imagen y del sonido. Después, en otros grupos, puedes estar un día y otro día no, y no tiene por qué pasar nada porque se hace un repertorio de versiones o porque son reuniones de jazz donde puedes funcionar tú pero también puede hacerlo otro músico.

-¿Es habitual este proceder en los músicos de jazz?

-Es lo habitual y la manera más viable de poder trabajar y vivir de esto.

-¿Puede vivir como músico freelance?

-Vivo de esto desde que cumplí 22 años. Al principio, porque estaba con dos bandas que funcionaban muy bien: La Gran Orquesta Republicana y Wonderbrass. Estos dos grupos me dieron la oportunidad de tener tiempo para seguir practicando con el instrumento y convertirme en un profesional. Los dejé porque me empezó a salir trabajo en otras cosas como freelance y ya estaba preparado para ir a tocar un repertorio diferente además de varios estilos.

-¿Cómo se ha preparado?

-Siempre con clases particulares. No he ido nunca a ninguna escuela de música. Empecé a estudiar una carrera en la universidad. Hice dos años de Psicología, no acabé y finalmente me saqué la diplomatura de Trabajo Social. Empecé muy tarde con la música. Tenía 17 años. Y comencé tocando rock.

-Estuvo en The Nash; era el batería antes de que llegara Luis A. Segura.

-Sí. Dejé The Nash para entrar en La Gran Orquesta Republicana y poder ganarme la vida, porque con un grupo de rock era muy complicado. Con un grupo de rock, o estallas y triunfas o no puedes vivir. Lo que pasó es que cuando acabé la carrera yo ya ganaba dinero con la música y ahí me quedé. "Cuando te metes en el mundo del jazz, te das cuenta de que puedes ser cualquier cosa: un día ´bluesero´, otro rockero..."

-Sus proyectos recientes son...

-Últimamente, uno de los proyectos en los que he estado más metido es Highlands Project, que tocamos la semana pasada en Costa Nord. Después he estado con Manfred Kullmann Trío. Manfred es un pianista de jazz alemán que vive aquí. Los dos son proyectos de cariz jazzístico. Uno de ellos es más fusión y el segundo una mezcla de jazz y clásica. También estoy todos los lunes en la jam session del Saratoga ayudando a coordinar. Un músico freelance lo que sí ha de hacer es ir tomando decisiones sobre cuál es el camino que desea seguir. Porque, si simplemente aceptas trabajos, te das cuenta de que te encuentras en lugares donde estás tocando música que en realidad no te gusta o no estás con la gente que en realidad te gustaría. En los últimos años me he ido centrando en el jazz y en la música latina. Toco la percusión y me gusta todo lo que es salsa, música cubana, latin jazz...

-¿No siente desarraigo por no tener una banda fija?

-No. En absoluto. Eso me pasaba cuando tenía 18 ó 19 años. Tenías un grupo y tenías una identidad también. Cuando te metes en el mundo del jazz, te das cuenta de que puedes ser cualquier cosa: un día eres un rockero, otros un bluesero... Y mientras todo esto te lo sientas como propio, no tienes ningún problema. Sí es cierto que hay gente que no se encuentra en según qué estilos. A mí me pasa también haciendo música muy comercial. Pero cada vez me siento más auténtico porque las cosas que hago me gustan. Tampoco son estilos tan variados si vamos a la raíz, porque provienen de la música afroamericana. Y aquí lo que tenemos los mallorquines es una mezcla de culturas donde la africana predomina, así como la mediterránea, fenicia, árabe y judía. Es una mezcla parecida a la que ha dado la música afroamericana. Al final, te pueden decir que estás tocando jazz, que es música folclórica de EE UU. Y sí, vale, pero la raíz no está tan lejos. La raíz viene de África y yo de alguna manera esa raíz la siento mía también.

-Compartió escenario en Palma con Salvador Sobral, el último ganador de Eurovisión. ¿Le da rabia que se le reconozca ahora?

-Salvador siempre será reconocido. Vale muchísimo. Cada vez que tocábamos, aunque fuera en un bar donde había diez personas, esas personas se quedaban alucinadas. No es que aquí no se le hiciera caso. Pero se le hacía el caso que se le puede hacer a un artista de jazz. A lo último llenábamos salas, como la de Trampa. Se le empezaba a conocer bastante a nivel independiente. Que no tuviera el reconocimiento que tiene ahora es porque no tuvo la oportunidad de salir en un medio grande. "Cada vez me siento más auténtico porque las cosas que hago me gustan"

-¿Es la primera vez que gana un artista de jazz Eurovisión?

-No sé mucho sobre Eurovisión, pero han actuado otros artistas buenos. Lo que pasa es que fue hace 30 años. Estos últimos han sido terribles. La lástima es que con los años lo que han hecho estos programas es desvirtuar la música y también al público. Porque al público no se le ha educado. El público está acostumbrado a que le den basura. Pero es un poco como en la escena jazzística y cultural de hoy en día. ¿Es culpa de los promotores la situación? Sí, pero también lo es del público. La gente no tiene una educación como tenía antes. La gente vive en un mundo de fast-todo. Todo el mundo quiere ser artista, protagonista, Gran Hermano... Eres un ídolo en dos días, y en breve dejas de serlo. Ahora no se valora tanto que un músico de jazz se pase cada día horas encerrado en una habitación practicando su instrumento. No se valora porque no se sabe lo difícil que es llegar a tocar. A veces hay gente que en su ignorancia te pregunta: ¿cobras esto trabajando sólo dos horas? Realmente, está muy mal pagado. Pero si puedo vivir de esto no me quejaré.

-Hoy día el jazz es una música muy académica y elitista.

-El jazz se ha vuelto un poco elitista porque el público que lo escucha está más educado, igual que el de la música clásica. Hasta ahora ha habido una bajada en Palma. El festival que hubo en los años 80 fue increíble. Y fue mucha gente. Pero la gente iba más a espectáculos porque estaba menos con la televisión o la tablet. Es cierto que hoy día veo también a mucha gente joven que está tocando jazz y va a escuelas de jazz. Ahora ya hay estudios de jazz en el Conservatorio de Palma. Muchos amigos míos han ido a Barcelona a estudiar jazz. Cuando empecé no sabía que había nada de todo esto porque en mi familia soy el primer músico. Cuando empecé con el jazz, no conocía a nadie y además la gente que tenía 20 años tocaba rock. Y ahora veo a gente de 20 años que ya está tocando jazz y que lo hace bien. Y muchos amigos de estos músicos de 20 años van a los conciertos de jazz. Creo que dentro de 10 años esto dará sus frutos. Veo un futuro.

-¿Qué locales de Mallorca programan jazz ahora mismo?

-El Saratoga. En el Lisboa se han empezado a hacer cosas muy interesantes este año. Después hay lugares que programan jazz eventualmente. No clubs. El pasado miércoles toqué por ejemplo en Can Moix, en Felanitx. Como este lugar hay otros en la isla. Por otra parte, muchos músicos de jazz han tirado hasta ahora de tocar en hoteles. Además del de Sa Pobla, ahora hay nuevos festivales de jazz de verano: Banyalbujazz, Portocolom...

-¿Con el turismo han notado un incremento de oportunidades?

-Sí. Tocando jazz he trabajado mucho para turistas. Ahora bien, hay lugares, como el Hotel Sant Salvador en Artà, donde prácticamente te encuentras como si estuvieras tocando en un festival. Es un hotel con un patio precioso donde la gente paga una entrada, se sienta y está en silencio. Y después hay hoteles donde no eres más que música de fondo. Éstos son los lugares donde yo intento no ir porque te vas a tu casa con una decepción grande. Del tipo Sant Salvador, por desgracia, hay pocos. "En algunos hoteles, los músicos de jazz somos únicamente música de fondo"

-El propietario del espacio debe ser clave también.

-Por supuesto. A todos los lugares de música en directo, cuando llegas, ya sabes qué tipo de propietario hay: si es una persona a la que le gusta la música y le da igual perder dinero un día si sabe que al día siguiente lo recuperará con otro grupo. O si es un lugar donde simplemente van a ganar dinero o incluso te bajan el sueldo el mismo día si no ha ido bien o te dicen o te lloran para no pagarte. Como si le dijeran eso también al fontanero que va a su casa a arreglarle el baño. Hay gente que tiene poca ética sobre el trabajo de la gente. Yo directamente hay lugares a los que no voy porque sé que pasan esas cosas. Pero es verdad que en mi situación me lo puedo permitir. Y sé que otros lo han de aceptar.

-¿Le gustó Whiplash?

-Está muy bien hecha y documentada, pero después hay errores garrafales que no se pueden soportar como músico. Como que tengas un accidente con el coche, estés a punto de morir y cojas las baquetas y vayas a tocar. O que para tocar rápido te hayas de hacer sangre en las manos. Para tocar rápido has de estar muy muy relajado. Si no estás muy relajado, no puedes coger esa velocidad. Lo que me gustó de la película es la obsesión del protagonista por tocar, la competitividad entre músicos, el querer mejorar. "Cuando me dicen que toco jazz, música de EE UU, lo asumo, vale, pero la raíz de esta música es de África y como mallorquín también me siento un poco mío ese origen"

-¿Los músicos de jazz de ahora reconocen el legado jazzístico de Palma?

-Totalmente. Yo he tenido maestros como Salvador Font, Jaume Ginard, Cacho Montes, Manolo Marí... Algunos de ellos vivieron aquella época. No tuvieron la suerte de ver a lo mejor tantas cosas como yo he visto, pero sí vieron a Miles Davis en Palma. A Miles yo no lo he visto. También me da envidia cuando me cuentan que en cada hotel había una orquesta de música o que en Tito´s había tres big bands. Los músicos de aquí también nos hemos nutrido mucho de músicos extranjeros que han venido a hacer temporada. Yo he aprendido mucho de músicos americanos que han venido a tocar aquí. Por ejemplo, he tocado con Jay Kay, que venía de Las Vegas. Hay músicos que realmente lo que querían era venir a Mallorca a vivir. Aquí hay trabajo, se vive tranquilo. Si eres un músico muy joven, te interesa estar en Madrid, Nueva York o Berlín. Allí puedes desarrollar tu proyecto personal. En Mallorca, no. Aquí lo que se demanda es que tú hagas unas sesión de jazz.

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