Angie Vallori (Palma, 1982) estudió magisterio y psicología y durante diez años se dedicó a la docencia. Sin embargo, su verdadera vocación estaba entre telas, botones e hilos. Aprendió el oficio de modista en su casa, donde su familia tenía un taller de confección. Trabajó durante cuatro años junto a una diseñadora, aprendió mucho y decidió volar sola. En 2014 lanzó su propia firma, Xicoia, y abrió tienda en el Carrer Ample de la Mercè.

El auge de la moda sostenible

“La moda es atemporal y no está separada de otras disciplinas artísticas”. Así es como concibe Angie Vallori el diseño y así es como trabaja, en colaboración con otros artistas, partiendo de un concepto que desarrollan de manera conjunta. “Es arte porque es belleza, es estética, elegancia, creación”, subraya. Su búsqueda se encuentra lejos de las pasarelas, las tendencias y los dictados: “Busco una moda personalizada, individualizada, que se adapte al cuerpo de cada persona, una moda más libre”. En este sentido apunta: “Mi trabajo es ayudar a todo el mundo a poder vestir como quiera. Que cualquiera pueda encontrar su propio canon de belleza; su propia tendencia.”

Angie Vallori cree que ahora se vive un momento de cambio en la industria, en el que hay más libertad de elección: “Hubo un momento hace diez o quince años en el que las grandes firmas marcaban mucho, pero ahora están surgiendo nuevas propuestas, marcas pequeñas de autor. Estamos en un momento de reconversión”.

Reconoce que existe esa parte frívola de la moda, pero matiza: “Ahora estamos volviendo a la costura con amor, que la pieza tenga una vida propia. Se está dando un movimiento de moda sostenible que está rompiendo con todos estos moldes”.

Naturaleza y sencillez definen el estilo de esta creadora que apuesta por la atemporalidad de sus diseños: “Son muy orgánicos, tienen un patronaje muy sencillo porque respetan mucho la forma del cuerpo humano, pero también tienen un punto muy elegante. Mi filosofía es que el vestido forme parte de ti”.

Como forma de expresión, tanto para la diseñadora como para la persona que elige su ropa, Angie Vallori afirma que tras la elección de una determinada pieza, hay una necesidad de sentirse identificado: “Quieres mostrarte a ti mismo por medio de la ropa que llevas o esto sería lo ideal. Creo que en el fondo de cada uno lo que queremos de la moda es identificarnos y cuando eso ocurre y te sientes cómodo es cuando la gente te dice que estás guapa”.

Criada en el taller de confección familiar, para Angie Vallori el oficio de modista es una relación de amor-odio: “Puede ser tan romántico como dramático y eso me gusta. Vas a los extremos. Cuando haces un vestido para una clienta, mientras lo vas cosiendo, patronando, es un proceso de muchas horas, impregnas esa pieza de sentimientos, de tu relación con esa persona. Cuando lo ves terminado es precioso, pero el agotamiento tiene una parte de drama. Mercè Rodoreda lo explica muy bien en su relato Fil a l’agulla”.

‘Comme le vent’

Angie Vallori ha elegido un look de verano de Comme le vent su colección pret a porter. Se trata de una falda midi con cola, cortada al biaix. Es de color lila con pequeñas flores azules y blancas. Está confeccionada en seda italiana, uno de sus tejidos preferidos: “Por la caída, por el tacto en el cuerpo y la forma de las piezas. La seda está muy relacionada con el tipo de diseño que yo hago”, explica. La falda se combina con un top negro de algodón italiano con la espalda descubierta hasta la mitad y se cierra detrás con un botón de la colección de botones de los años 70 de la diseñadora. “Lo que quería demostrar con esta colección es que las piezas se adaptan perfectamente al cuerpo, haya el viento que haya”, argumenta sobre Comme le vent.