Cuatro de los doce tapices flamencos de la colección de la Catedral han sido restaurados en Madrid y podrán ser contemplados en la misma Seu a partir del próximo día 29 de junio. Se hará en el marco de una exposición que se instalará frente a las capillas de Sant Sebastià y Sant Josep, por un lado, y en las columnas situadas frente al Retablo del Sagrado Corazón y la capilla de la Virgen de la Grada. Las piezas, que han recuperado su esplendor original, estarán acompañadas de diversos paneles y de un vídeo que explicarán el proceso al que han sido sometidas por el equipo que dirige la experta en conservación y restauración Pepa Garrido.
La colección de tapices flamencos fue adquirida en Roma por el canónigo Jeroni Garau (1531-1607), quien fundó la capilla de San Jerónimo, donde fue enterrado. La serie fue tejida en el segundo tercio del siglo XVI en Bruselas. La textura de lana y seda es de buena calidad y consta de siete u ocho hilos de urdimbre por centímetro. Los azules, verdes, amarillos, rojo y ocres son los colores protagonistas. Los marcos se componen de guirlandas y motivos vegetales con una figura simbólica dentro de una hornacina a cada lado. La última restauración se remontaba a principios del siglo XX.
Temática religiosa
De los doce tapices, once son de temática religiosa y uno de temática profana, conservado en la residencia sacerdotal. Representan tres series de temática bíblica: cuatro son de la historia de Nabucodonosor, otros tantos sobre la vida de Jacob, y tres sobre Tobías.
"En la exposición se podrá ver la diferencia entre los tapices restaurados y los que no, una diferencia abismal. Los colores apagados se han recuperado después de ser sometidos a una limpieza mecánica, química. Los colores ahora son alucinantes", afirma la responsable del Área de Patrimonio de la Catedral, Catalina Mas.
Los cuatro tapices restaurados son La visión del árbol por Nabucodonosor, El cántico de los tres jóvenes en el horno ardiente, Partida de Jacob y visión de la escalera y Despedida de Tobías por Raquel y Edna.
El proceso de recuperación de estas obras de arte ha durado alrededor de un año y buena parte del trabajo ha consistido en reparar anteriores intervenciones y corregir los daños provocados por la humedad y la contaminación ambiental de la Seu.
"Las restauraciones que se hicieron en el siglo XIX, en la Real Fábrica de Tapices de Madrid, consistieron en rellenar lagunas de pérdidas de tejido mediante renovación del tapiz, es decir, volvieron a bordar la figura que faltaba. Un encañonado, que se dice. Estas intervenciones del XIX se han conservado mucho peor que el propio original, que tiene 300 años más. Es decir, la calidad del material que pusieron en el XIX no es igual que el original. ¿Por qué? Porque muchas veces son tejidos industriales, con tintes y procedimientos mucho más agresivos, y carecen de la resistencia de los materiales naturales y nobles que usaban en el siglo XVI. El lino y la seda eran materiales extraidos de la naturaleza pero de forma artesanal", subraya la experta Catalina Mas.
Con la llegada de estos cuatro tapices, el equipo de Pepa Garrido, experta restauradora en material textil que ha trabajado en las catedrales de Zaragoza y Zamora, por citar algunas, así como en las colecciones de Patrimonio Nacional más importantes, se llevarán otros cuatro.
