El documental Sad Hill Unearthed producido por la mallorquina afincada en Madrid Luisa Rosselló Cowell, ha vuelto a reunir a buena parte de los protagonistas de El bueno, el feo y el malo, el spaghetti western que Sergio Leone dirigió en 1966 y que está considerada como una de las mejores películas de la historia. El actor Clint Eastwood; el compositor de la banda sonora, Ennio Morricone; el biógrafo de Leone, Sir Christopher Frayling; o fans de esta cinta como Alex de la Iglesia (800 balas), el cineasta Joe Dante (Gremlins) y el vocalista de la banda Metallica, James Hetfield, recuerdan qué significó una cinta que medio siglo después continúa conquistado a nuevos espectadores.

El origen del documental, dirigido por Guillermo de Oliveira y pendiente de un estreno que llegará el próximo otoño, se remonta a octubre de 2015, cuando un reducido grupo de fans de El bueno, el feo y el malo acudió a la localización de la escena final de la película en Burgos. Tras 49 años abandonado y cubierto por la vegetación estos voluntarios querían desenterrar y devolver el mítico cementerio de Sad Hill a la vida. La noticia se extendió por toda Europa y fueron muchas las personas que cada fin de semana participaron en la reconstrucción del lugar.

El origen

Guillermo de Oliveira, que suma años visitando las localizaciones más emblemáticas de la historia del cine, recuerda que cuando llegó a Covarrubias para conocer el cementerio de Sad Hill, "la niebla no nos dejaba ver nada a más de 10 metros pero el lugar era pura magia. Todavía podían reconocerse cada una de las tumbas originales. Y en el centro, el empedrado original del mítico Triello. Amor absoluto", subraya el director.

Durante los siguientes meses, De Oliveira siguió los pasos de la Asociación Cultural Sad Hill, dispuesta a recuperarlo, hasta que en septiembre de 2015 se anunció "lo impensable": la Junta de Castilla y León les daba permiso para desenterrar y reconstruir el cementerio. Con la ayuda de un drone filmó el lugar antes de que empezaran su trabajo y a partir de ahí, el proyecto, "muy independiente", despegó. Pronto surgió la idea de entrevistar a algunos supervientes de aquella película, entre ellos, Clint Eastwood y Ennio Morricone. "Perseguimos a Clint Eastwood durante 10 meses de llamadas, correos electrónicos y faxes, rozando el acoso", asegura Luisa Rosselló.

"La agencia de Eastwood nos decía que no podía hablar con nosotros porque estaba rodando Sully en aquellos momentos. Al cabo de un mes, volvíamos a insistir, y otro ´no´ por respuesta. Llegaron a pedirnos por favor que no llamáramos más. Al final, a base de perseguirlo, sin soltarlo, con perseverancia, nos dijeron que sí", relata la productora.

Eastwood les contó anécdotas del rodaje, como la explosión del puente de Langston. "Ese puente se lo construyó el Ejército español a Leone pero por una equivocación, se voló cuando nadie estaba rodando. Tuvieron que rehacerlo en unos días. Qué mas podemos hacer por ti, le dijeron a Leone. Un cementerio con 5.000 tumbas, respondió. Clint nos contó su recuerdo de la explosión. Estaba sobre una colina y vio el puente explotar. Qué bonito. Se marcharon dos semanas a Almería, y a la vuelta, el puente ya estaba reconstruido".